En el cierre de la octava fecha, Newell's empató frente a San Lorenzo en el Coloso. El equipo de Mauricio Larriera necesitaba un triunfo después de tres caídas en fila, incluida la del clásico, pero no pudo cortar la mala racha y arrastra cuatro juegos sin sumar de a tres. Lo ganaba con un gol de Francisco González, el Ciclón lo dio vuelta con gritos de Adam Bareiro, y Gustavo Velázquez lo empató para la Lepra.
Tras un arranque algo incómodo en el que San Lorenzo le manejó la pelota, Newell’s logró acomodarse en la cancha y empezar a jugar a partir de la inteligencia y la claridad de Banega en el medio. El Ciclón había tenido una chance clara que Macagno despejó al córner, pero después la Lepra se adueñó del trámite y tuvo algunos acercamientos al arco rival gracias a la sociedad entre su 10 y Ramírez.
La más clara estuvo en los pies de Éver, que recibió una habilitación de cabeza y de primera del Colo dentro del área pero la mandó con la derecha por arriba del travesaño. Sin embargo, San Lorenzo respondió con un cabezazo de Hernández que salió apenas desviado.
A los 31 minutos la Lepra quebró el cero tras un centro de Méndez a Panchito González que el delantero canjeó por gol de cabeza. Parecía que todo se le acomodaba al equipo de Mauricio Larriera para pasar una noche tranquila, aunque un rato después, en una contra, Bareiro forcejeó con Glavinovich –acción en la que falta del delantero no advertida por el VAR– dentro del área, ganó la posición y consiguió el empate.
En una toma desde atrás del arco se observa cómo ambos futbolistas vienen forcejeando, pero el del Cuervo lo agarra con las dos manos, se lo saca de encima y hacer caer al defensor para poder ganarle la posición.
El Ciclón volvió a pegar rápidamente y otra vez Bareiro, en este caso con un frentazo después de una enorme desconcentración defensiva rojinegra, apareció para poner arriba a su equipo. Newell’s era un desconcierto, pero fue al frente y alcanzó la igualdad sobre el cierre del primer tiempo mediante un cabezazo de Velázquez, tras una pésima salida del arquero Altamirano.
En el complemento el partido se planchó, el trámite se hizo luchado y cortado. No sobraron ideas y casi no se lastimaron. Un disparo de media distancia de Martino fue lo más peligroso de la Lepra, aunque merodeó el área de San Lorenzo no estuvo fino para dar la puntada final y tampoco contó con chances de pelota detenida.
Los rosarinos se quedaron con un sabor amargo porque empezaron arriba y sintieron que un nuevo fallo arbitral los perjudicó. San Lorenzo logró darlo vuelta y el único consuelo que le queda a los leprosos es pensar en que, al menos, rescataron un punto.
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