El Empoli arruinó este domingo la gran noche del argentino Paulo Dybala, que tuvo su reestreno en la Roma en medio de una gran ovación el estadio Olímpico por decidir quedarse a pesar de una millonaria oferta del fútbol árabe. Fue derrota 2-1 para la Loba, que aún no ganó en la Serie A de Italia.
La jornada estaba reservada para agradecer y disfrutar del crack argentino, pero que se convirtió en desazón y silbidos por un partido desastroso de los de Daniele De Rossi.
Roma fue un equipo lento, predecible y errático ante un Empoli que avisó con varias contras peligrosas hasta que el ghanés Emmanuel Gyasi consiguió materializar una al borde del descanso que le dio una valiosísima ventaja en el marcador.
Lejos de mejorar en el segundo tiempo, el Roma siguió estancado, a merced de un destello de Dybala constantemente, que poco más pudo hacer para intentar reconducir el duelo.
Pero no fue el día de prácticamente nadie en el once giallorosso, que vio cómo el argentino Leandro Paredes, uno de los mejores del equipo, cometió un doble error garrafal que sentenció el duelo. Primero perdió un balón que tenía controlado en el centro del campo siendo último hombre; y, después, intentando enmendar su fallo, atropellando a Sebastiano Esposito provocando un penal que convirtió Luca Colombo para el 2-0.
Roma, que ya empató en la primera jornada (sólo suma ese punto), reaccionó en los minutos finales y encontró el gol en el uzbeko Eldor Shomurodov con un gran remate de cabeza que dio mínimas esperanzas. De hecho, Dybala se topó con el palo en una de las últimas, pero no pudo con el Empoli en su gran noche. Son ya dos partidos seguidos sin ganar y la sensación de que falta mucho por mejorar en todos los aspectos en el equipo de De Rossi.