El término “disruptores endocrinos” fue propuesto por primera vez en una conferencia organizada por la Dra. Theo Colborn, del World Wildlife Fund, en Wingspread, Wisconsin, en el año 1991. A partir de su aparición, se busca alertar sobre la gran exposición que sufren las personas a los mismos de manera cotidiana y cuán nocivos son para la salud. Se trata de todas las sustancias químicas que interfieren en la síntesis, función, almacenamiento o metabolismo de las hormonas y que rodean a las personas por estar presentes en el medio ambiente.
“Existe una amplia variedad de productos de uso diario o a los que nos exponemos permanente por la contaminación ambiental”, explicó a Rosario3 la Dra. Karina Frattini, médica especialista en nutrición que forma parte del staff del Centro Médico Proar. Y subrayó: “Son sustancias que afectan a la salud integral y, sobre todo, a la salud reproductiva tanto en el hombre como en la mujer”. Por ello, en el mes de la fertilidad, resulta clave fomentar la conciencia sobre las mismas.
Disruptores endócrinos
“Lo que hacen estos disruptores es mimetizar o antagonizar la función de las hormonas. Esto significa que ocupan su lugar y alteran así tanto la síntesis como el metabolismo, a la vez que modulan los niveles de receptores. Al tener una estructura tan determinada tienen esta capacidad de acción”, explicó la experta.
La exposición de las personas es constante, puesto que estos disruptores se encuentran en pesticidas, herbicidas, productos de limpieza, perfumería, envases plásticos, artículos de papelería, lubricantes, pinturas, barnices, metales pesados, latas de comida, aditivos que se colocan en todos estos productos, entre otros: “Como se encuentran simultáneamente en diversas fuentes, tenemos una exposición constante. A su vez, las vías de ingreso son tanto por vía digestiva, inhalación o a través del contacto con la piel”.
Por otra parte, que una persona gestante esté expuesta también genera una exposición al embrión que se está gestando. “Esto es fundamental conocerlo ya que, sobre todo en el primer trimestre de embarazo, se genera la diferenciación celular o la organogénesis. En caso de haber una afectación directa, los daños son irreversibles”, resaltó la Dra. Frattini.
Entre los principales efectos que se estudiaron se conoció que, en hombres, hay un incremento de cáncer de próstata, cáncer de testículo, infertilidad. En el caso de mujeres, alteración en ciclos menstruales, disminución de reserva ovárica, alteración en la estructura y función de folículos con disminución de estrógenos, menopausia precoz y cáncer de mama.
“Al ser tan resistentes a la degradación medioambiental, tienen una capacidad de depositarse en el tejido adiposo de nuestro cuerpo, por lo que permanecen y no se metabolizan por largos períodos”, aseveró la experta.
Cómo evitarlos
“La principal tarea que tenemos las personas es saber qué estamos usando, sobre todo en productos de limpieza como de perfumería. Es clave comprender cómo leer etiquetas, ver que los productos sean libres de parabenos, no testeados en animales y consumir todo lo más orgánico posible”, explicó la Dra.
En este sentido, detalló que los vegetales orgánicos también son una gran alternativa a aquellas frutas y verduras que fueron sembradas y cosechadas en tierras con uso de herbicidas y pesticidas.
Por otra parte, recomendó:
-Evitar almacenar o calentar comida en recipientes plásticos, “incluso aquellos que dicen ser aptos para microondas”. Para tal finalidad, usar alternativas como recipientes de vidrio, cerámica o acero inoxidable.
-Al manipular sustancias para limpiar el hogar, usar siempre guantes para evitar el contacto con la piel. “Lo mismo respecto de utilizar mascarillas en caso de realizar algún trabajo de carpintería o usar productos para madera, incluyendo pinturas y barnices, también por la inhalación”, agregó.
-No quemar plásticos y basura: “El ser humano culturalmente quemó basura al aire libre y si bien ahora ya no se hace tanto, es importante recordar que en esto también se perjudica por la liberación de estos desechos”.
-Separar residuos en orgánicos e inorgánicos.
-Leer etiquetas sobre los productos que se colocan en la cara, en la piel, el cabello, sobre todo las mujeres en etapa reproductiva.
-Usar envases no contaminados, de un material que no traiga consecuencias en la salud. En este aspecto, la profesional resaltó evitar el reutilizamiento de botellas plásticas de agua o gaseosa que se comercializa envasada para consumir nuevas bebidas.
Dentro del Centro Médico Proar, la Dra. Frattini asesora desde la parte alimentaria y nutricional a quienes buscan realizar algún tratamiento de fertilidad para generar así mayor conciencia y cuidado a modo preventivo.
El Centro Médico PROAR se encuentra en Güemes 2349. Para más información, cuentan con su sitio web oficial (proar.com.ar), redes sociales (Instagram @centromedicoproar y Facebook @proarcentromedico) y WhatsApp (341 329 1299).