El próximo domingo, 29 de septiembre, se conmemora el Día Mundial del Corazón. Con el lema "Use heart for action" (usar el corazón para la acción), una asociación española ofreció un manifiesto con una serie de consejos con los que invitan a pasar a la acción.

De esta forma, la asociación Corazón de Mujer buscó poner el foco en la necesidad de implicar al mayor número de personas en su objetivo de reducir la mortalidad femenina por problemas cardíacos a través de la prevención y pruebas diagnósticas. Cabe resaltar que las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte entre las mujeres, incluso por encima del cáncer.

La situación de las mujeres

Según esta asociación española, la mortalidad asociada a un primer infarto en mujeres es casi un 20% mayor que en hombres. De hecho, las enfermedades del corazón, incluyendo derrames cerebrales, se cobran la vida de una mujer cada 6 minutos en Europa y cada 60 segundos en Estados Unidos.

Sin embargo, los expertos subrayan que son situaciones que pueden prevenirse y evitarse a partir de conocer los principales factores de riesgo específicos en la mujer, y siguiendo una serie de hábitos de vida saludables. Esto implica poder hacerlo cada día y desde la infancia, en todas las etapas de la vida.

Qué hacer para contribuir a la prevención

Las claves para mantener en buen estado el corazón femenino se engloban en seis ámbitos muy concretos:

-Ejercicio físico.

-Alimentación.

-Hábitos.

-Revisiones.

-Investigación.

En este aspecto, recomiendan:

-Mover el corazón: Un corazón en movimiento a través de mayor actividad física, reduce el riesgo de cardiopatía en un 30-40%. Por esto, la Organización Mundial de la Salud recomienda como mínimo hacer de 150 a 300 minutos de actividad física aeróbica moderada, o entre 75 y 100 minutos de ejercicio intenso por semana.

Entre las actividades aeróbicas se encuentran caminar a paso ligero, correr, nadar, andar en bici, jugar al tenis o bailar. Estas mejoran la circulación, lo que favorece una presión arterial y un ritmo cardiaco adecuados.

Por otra parte, el entrenamiento de fuerza (con pesas, barras o bandas de resistencia o flexiones, sentadillas) beneficia el metabolismo, evita la pérdida de masa ósea y mejora la salud de los músculos. Uno de los consejos es elegir un deporte con el que disfrutar ya que ayuda a generar una rutina para protege el corazón y, en general, todo el cuerpo.

-Alimentar el corazón: Una alimentación adecuada ayuda a prevenir factores de riesgo cardiovascular, como obesidad, hipertensión o diabetes. En este aspecto, la base debería sostenerse en el consumo de azúcares de absorción lenta: frutas, verduras y hortalizas, legumbres, arroz, pastas y cereales, preferiblemente integrales.

Asimismo, se recomienda comer pescado azul al menos tres veces por semana a raíz de ser rico en Omega 3, y aumentar el consumo de grasa saludable por medio de frutos secos, palta, entre otros. Lo ideal es evitar las grasas saturadas, los procesados y los azúcares añadidos.

-Valorar el corazón: Una de las grandes recomendaciones es la de realizarse chequeos en forma periódica. A través de la consulta con un experto y según la recomendación particular, se debe repetir el control con una determinada frecuencia. Con tecnología no invasiva en pruebas de imagen específica, los cardiólogos pueden adelantarse a la enfermedad y establecer medidas de prevención particulares.

Es clave conocer el estado del corazón y las arterias, lo que permite detectar la presencia de placas de aterosclerosis y aneurismas, incluso antes de que aparezcan síntomas, y para ello basta con realizarse una ecografía vascular 2D y 3D.

-Sumar el corazón: Ayudar a que la sociedad tome conciencia y conseguir la colaboración del mayor número de personas posibles es clave para reducir las cifras de mortalidad. Participar en campañas de sensibilización ayuda en la educación y el conocimiento preventivo, lo que influye en la salud femenina.

Trasladar la necesidad de la prevención a cualquier mujer, ya sea madre, amiga, hija, abuela, hermana, es fundamental. Cada persona más conciente podría ser una muerte menos.

-Escuchar el corazón: Educarse en hábitos de vida cardiosaludables desde edades tempranas. Que los médicos de atención primaria se implicaran más en el reconocimiento de los factores de riesgo y en el que la mujer identificara sus propios síntomas asociados a esta enfermedad.

-Estudiar el corazón: Las mujeres están poco representadas en los ensayos clínicos y publicaciones, por lo que es vital impulsar estudios que promueven el avance de la medicina. Los expertos insisten en la necesidad de aumentar la investigación, ya que las diferencias basadas en el sexo en la enfermedad cardiovascular han sido tradicionalmente ignoradas y todavía no se reconoce a la mujer en su particularidad ni se trata lo suficiente.

Fuente: EFE.