Un estudio que incluyó la participación telefónica de 3.418 personas mayores de 16 años de todo el país y que fue realizado durante el pasado mes de junio reveló esta cifra que preocupa.
El trabajo fue denominado "Estudio de Opinión sobre hábitos y tabaquismo en tiempos de cuarentena" y los resultados se dieron a conocer tras un relevamiento nacional de Consultora Julio Aurelio-ARESCO, a pedido del Centro de Investigaciones de Enfermedades No Transmisibles (CIENTA)
Del total de encuestados, se observó que el 20,8% fumaba, de los cuales el 16,1% eran fumadores habituales y el 4,7% restante lo hacía "ocasionalmente" mientras que se registró un mayor nivel de tabaquismo en el interior del país (22,9%) frente al Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) (16,3%).
En general, el status de "fumador" fue más elevado en el sexo femenino, en los niveles socioeconómicos bajo y medio-bajo y entre los más jóvenes y, en cuanto al tipo de cigarrillo, 8 de cada 10 (82%) consumieron el cigarrillo tradicional a combustión, 7,4% cigarrillo electrónico y 2,7% ambos.
La doctora Marta Angueira, médica cardióloga especializada en Cesación Tabáquica y Presidenta del CIENTA consideró "llamativo" que en plena cuarentena el número de fumadores no haya variado a pesar del aumento del precio y la dificultad para conseguirlo.
Angueira manifestó en diálogo con la prensa que hay "cuestiones que predisponen a experimentar sensaciones de angustia, ansiedad o temores varios" y entre ellas se encuentra "el encierro prolongado, la preocupación por el bienestar personal y de los seres queridos y la incertidumbre económica".
El sondeo investigó también sobre qué alternativas elegiría la persona si decidiera dejar de fumar y la respuesta fue que acudirían a su propia voluntad (60,7%), utilizarían herramientas como grupos de autoayuda (8,6%), medicamentos, chicles o parches (13,3%), terapias alternativas (7,2%) o lo intentarían con el cigarrillo electrónico (4,3%).
"Esto coincide con las estadísticas de consulta médica para abandonar el tabaquismo: históricamente menos del 10% de los que deciden dejar de fumar buscan el apoyo de un especialista, lo que hace que pensemos en replantear la estrategia de control de tabaquismo buscando otras alternativas", advirtió Angueira.
En cuanto a la actividad física durante la cuarentena, el 41,5% de los encuestados expresó que hacía menos que antes y el 21,1%, que directamente no hacía ejercicio dando como razones que no podían porque el encierro no se los permitía (49,1%) o que realmente no tenían ganas (34,5%).
La doctora Angueira reveló al respecto que "mantener en el tiempo conductas poco saludables como una mala alimentación, poca actividad física, estrés y tabaquismo genera un cóctel explosivo que podría traducirse en un aumento de la enfermedad cardiovascular durante el periodo que se prolongue la cuarentena"
"Esta es una tendencia que luego tal vez cueste enormemente revertir. No estamos en contra del aislamiento, pero debemos insistir en que se promocionen y faciliten conductas más saludables", concluyó Angueira.