El 98% de los adolescentes surcoreanos tiene un smartphone y el 30% de los jóvenes de entre 10 y 19 años fue clasificado como “demasiado dependiente” del celular, según el Ministerio de Ciencia, Información y Tecnología de ese país. Estos datos llevaron al gobierno de Corea del Sur a avanzar con la creación de centros de “desintoxicación” especializados en la temática.
De un sondeo que realizó la Agencia Nacional de Información de la Sociedad surcoreana con 4.886 adolescentes se concluyó que el 43% de ellos encontraba difícil tener el control del tiempo de uso de sus celulares; el 34% encontraba difícil concentrarse cuando tenían un smartphone cerca; el 25% tenía grandes peleas con sus familias por el uso de los dispositivos y el 22% sentía dificultades al estudiar por culpa de los celulares, según informó CNN y publicó El Espectador.
En 2007 el gobierno había creado programas para tratar la adicción a internet, pero en 2015 los expandió para incluir a los teléfonos inteligentes. Solo en 2019 se han realizado 16 campamentos en el país para cerca de 400 estudiantes de educación media y secundaria. Estos campamentos son realizados en espacios lejos de la ciudad, con zonas verdes para ayudar a los jóvenes a desconectarse.
La idea de estos campamentos es que los jóvenes puedan experimentar actividades al aire libre que han dejado de lado e ignorado por estar metidos en sus celulares. Por ejemplo, proyectos de artes y manualidades, juegos como la búsqueda del tesoro y eventos deportivos. También especialistas los analizan en forma individual y con la familia para discutir el uso del celular. Además, todos los días, media hora antes de irse a dormir hacen una sesión de meditación.
Aunque la situación en Corea del Sur es alarmante, no es el único país en el que los jóvenes están teniendo este tipo de problemas, pero sí uno de los pocos que se ocupa del tema.
Respecto a las consecuencia de esta adicción, inicialmente se ve reflejado en las notas académicas o en las discusiones familiares. Pero luego puede tener impactos a largo plazo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), con el tiempo, los adictos a internet se vuelven socialmente aislados y empiezan a tener “sentimientos de ira, tensión, ansiedad y/o depresión”. Además, hay una alta chance de que vivan solos a futuro después de perder su familia, trabajo y amigos.