El ex presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, dijo que “es más fácil entender a Jorge Luis Borges que a la política de este país”. Lo hizo en una entrevista a solas con Rosario3 en el marco de su visita a la ciudad, cuando vino a disertar sobre el nuevo contexto geopolítico y su impacto en Latinoamérica: “Estamos en el momento decisivo para la integración y es la única manera de tener voz a nivel global”, resumió. Alertó sobre los riesgos que se instalen “extremismos” en la región. También habló sobre las causas judiciales contra la vicepresidenta Cristina Fernández y dejó un mensaje sobre la imparcialidad de los jueces y las autoridades ejecutivas: “Como presidente nunca tomé un café o compartí una actividad con un juez o fiscal, la imparcialidad es apariencia de imparcialidad”, sostuvo.
El ex mandatario disertó el pasado martes en el aulario de la facultad de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Rosario y fue acompañado por el rector Franco Bartolacci y el ex candidato a presidente de Chile, Marco Enríquez Ominami. Además, fue recibido por el intendente Pablo Javkin y la presidenta del Concejo Municipal María Eugenia Schmuck.
—¿Cuáles son los desafíos para Latinoamérica en el nuevo contexto geopolítico mundial?
—Es el momento decisivo para la integración y unión política latinoamericana. Es donde se juega el porvenir de las generaciones presentes y futuras. La globalización se ha impuesto desde lo tecnológico y ahora mucho más a partir de la inteligencia artificial. La única manera que tiene Latinoamérica de lograr tener una voz y papel en un este mundo es la integración. Para esa tarea hay que mirar que hace 40 años la mayoría de los países de esta región tenían dictaduras. La democracia ha sobrevivido y se ha instalado. Es el mayor tiempo en que los ciudadanos han podido elegir más gobiernos. Pero hay un desempeño no realizado y son las desigualdades sociales.
—¿Hoy hay riesgo de derechización en América Latina?
—La alternancia es una esencia de la democracia y puede haber gobiernos más progresistas y otros más liberales. Lo que no hay que permitir es que los extremismos se instalen. Cada vez que los extremismos avanzan actúan como contaminantes del sistema democrático, no lo vencen pero lo contaminan. La filósofa española María Zambrano dice que los extremismos destruyen lo que afirman y esa es mi preocupación. Mi deseo es que la izquierda, la centroizquierda, la derecha y la centroderecha puedan transitar un camino donde la unidad latinoamericana sea la gran promesa.
Argentina, Cristina y los emigrantes
—¿Qué mirada tiene usted con respecto a las causas judiciales contra la vicepresidenta de la Nación?
—Como presidente siempre quise ser recordado como un buen demócrata. En mi etapa jamás tuve una reunión o tomé un café o hice alguna actividad con ningún juez o fiscal. Ahora podríamos poner puntos suspensivos (hace un silencio): la imparcialidad es apariencia de imparcialidad. Y cuando eso se pone en cuestión tenemos un serio problema de credibilidad. Sin entrar en ninguna decisión judicial, lo primero es la imparcialidad. El Tribunal de Estrasburgo de Derechos Humanos tiene una línea inequívoca en ese sentido: la apariencia de imparcialidad.
—¿Cómo vivió el intento de atentado contra la ex presidenta?
—Me impactó la frialdad del atentado, afortunadamente no realizado, de parte de una persona que lo hizo a la vista de todo el público y que si lo cometía iba a quedar apresado por esa gente que lo rodeaba. No hay odio político que explique o justifique. Y me preocupa más que una parte de la opinión pública dudara del atentado. Cuando los límites del extremismo llegan a ese estado puede estar en una vía preocupante. Hay que terminar con la violencia, es el primer mandato de la política, hay que combatirla y no banalizarla. La Historia es un auténtico manual: cuando la violencia no se la combate provoca grandes males.
—¿Cómo analiza la cantidad de argentinos que se van a España producto de la situación de crisis en nuestro país?
—Las naciones pasan épocas, crisis y momentos florecientes. Cuando un país es floreciente y tiene una crisis, la lleva peor, eso es normal. Argentina es un gran país, soy un devoto de Argentina por mi pasión por (Jorge Luis) Borges. No encuentro un país con la cultura, educación y el talento como éste. Es más fácil entender a Borges que entender la política de este país. Eso sí, el año que viene va a haber un resurgir de la Argentina. Un país que celebra una victoria del Mundial como la celebró, es único.
Reunión con socialistas
Rodríguez Zapatero mantuvo un encuentro con dirigentes del partido Socialista como Clara García quien esta semana anunciará su precandidatura a gobernadora, la ex intendenta Mónica Fein y el diputado nacional Enrique Estévez. Además, tuvo un diálogo, después de su charla en la universidad, con el hijo del fallecido Miguel Lifschitz, Federico, quien busca hacer pie como candidato al Concejo de Rosario.
—La última vez que vino usted a Rosario, en 2018, lo recibió el entonces gobernador Lifschitz, ¿qué recuerdos tiene de él?
—Un hombre fundamentalmente honesto, un socialista coherente. Los socialistas tenemos esa capacidad de saber si el otro es coherente o auténtico. Y Lifschitz lo era, una buena persona. Fue mi introductor en ésta tierra tan bonita.
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