El gobernador Omar Perotti, en una entrevista exclusiva con Rosario3, se defendió de las críticas y cuestionamientos sobre la seguridad y, puntualmente, sobre la situación en Rosario, aseguró que cree haber “cumplido con la ciudad y su intendente desde el primer día”. En ese sentido, rechazó de plano la cantidad de patrulleros sobre los que reclamó Pablo Javkin. “Seguramente debe estar dolido por la ciudad que encontró”, deslizó sobre las declaraciones vertidas por el jefe de gobierno local en Radio2.
El también precandidato a diputado provincial, le apuntó al gobierno nacional, en materia de seguridad, porque considera que “podría haber hecho mucho más” Además, remarcó que “tiene una mirada fría y distante” sobre el problema.
No descartó una intencionalidad “para dañar políticamente” su gestión en los atentados contra escuelas y otros objetivos, no por parte de un político, sino como una forma de respuesta de las bandas “frente al récord en materia de operativos y secuestros de armas”. Tampoco cree que el último paro regional por la inseguridad haya apuntado contra su gestión.
Y, en cuanto a su promesa de “orden y paz” que hizo en 2019 respondió: “La paz no es solamente no tener tiros, sino es tener trabajo y no tener hambre” y agregó: “Si alguien quiere buscar con ese lema resultados inmediatos, se equivoca o midió mal”.
Por otra parte, descartó que haya habido una orden por parte de su gobierno para que el ex ministro de Seguridad Marcelo Saín haya llevado adelante una tarea de perfilamiento de personas según la causa por la que se lo imputa.
El mandatario habló a solas con Rosario3 antes del cierre de listas de cara a los comicios presidenciales. No hubo otras definiciones públicas después que hizo referencia el viernes pasado a la necesidad de la unidad hacia dentro de Unión por la Patria, ni tampoco ayer tras haberse confirmado la fórmula del oficialismo, Massa-Rossi.
Perotti encabeza una lista de precandidatos a diputados provinciales junto a casi todo su gabinete. Más allá de que su candidato para sucederlo es Marcelo Lewandowski, pretende llegar a la Cámara Baja santafesina con el objetivo de no hacer “oposición” - le denota cierta negatividad el término- como sí lo hizo la actual conformación de la legislatura “demorando tiempo y no acompañando lo que el gobernante necesita”.
La entrevista
—¿La convocatoria a los representantes de los precandidatos a gobernador a la Mesa de Diálogo por la Seguridad Ciudadana es el inicio de la transición?
—Vamos a poner a disposición todos los diagnósticos, la disposición de las fuerzas, los dispositivos, brindar más y mejor información. Si aparecen ideas a corto plazo la vamos a poner en práctica, no hay por qué esperar hasta un cambio de gobierno. Si son de mediano plazo vamos a empezar a hacerlo ahora. Hay que pensar distinto para conseguir acuerdos más profundos, subir el nivel de coincidencias en base a más información y mejores aportes. Es sumamente valioso no suponer cosas y creer que no son como son.
—El intendente Pablo Javkin dijo esta semana que se siente dolido por el trato para con Rosario en materia de seguridad.
—Desconozco el contexto de la declaración. De ninguna manera tuvimos ese número de patrulleros (Javkin habló de unos 70 en la calle). Estamos en un proceso creciente de incorporación de más vehículos y personal para conducir vehículos. Hemos puesto a disposición nuestros vehículos para que las fuerzas federales tengan más presencia. Creo que con Rosario y el intendente hemos cumplido desde el primer día. Cuando el municipio estaba en condiciones difíciles de sobrellevar la deuda y falta de recursos, desde el primer día asistimos a Rosario. Puedo entender que nos gustaría tener más recursos en lo diario. Hemos hecho cosas en conjunto y lo seguiremos haciendo. Al territorio le damos mucha participación. Es la primera vez que un jefe de Policía y sus colaboradores tienen tanto contacto, reuniones periódicas, con un intendente. Eso no lo vi ni lo tuve cuando fui intendente. Él conoce mejor que nadie las cosas para hacer. Tomamos un gobierno donde la calidad del equipamiento era muy baja, cantidad de vehículos, con más agentes que se retiraban en comparación a los que ingresaban, cerrándose comisarías. Seguramente debe estar dolido por la ciudad que encontró. Tenemos una situación compleja, difícil y estructural, que requiere de más equipamiento y acciones locales en los barrios donde hay que asistir con recursos nacionales, provinciales y muchos de esos programas tienen financiamiento de esos estados como la iluminación, las avenidas y las viviendas.
—Usted habló de la cantidad de patrulleros, entonces, ¿cuántos vehículos policiales hay en Rosario?
—El total general en la Unidad Regional II es de 187. En la ciudad hay 101 patrulleros recorriendo las calles, 29 fijos y 12 caminantes; 142 en total. Y otros 45 patrulleros para el Gran Rosario.
—¿El gobierno nacional estuvo a la altura de las circunstancias en materia de seguridad para con la situación que vive Rosario?
—Hay áreas en que sí y en otras, lamentablemente, no. Podría haber hecho mucho más, fundamentalmente en seguridad. En algunos momentos en la provincia se subestimó el problema, no se le dio trascendencia y por distintas razones fue creciendo el delito que hoy se expresa en una gravedad extrema. Nación tiene una mirada fría y distante. Es un tema con raíz federal que se expresa duramente en Rosario y que la provincia o el municipio por sí solos no pueden enfrentar. Si no tenemos controles de frontera por donde pueden ingresar armamentos o drogas, por más que nosotros tengamos récords de operativos o de secuestros de drogas, esto es como un barco agujereado: el agua sigue entrando.
—¿Hubo intención política en los atentados contra escuelas y otros objetivos?
—No descarto nada. Porque, no quiere decir que sea un político que los haga, hay una mano para dañar políticamente. No me cabe duda. Y estas bandas organizadas tienen vínculos y capacidad para medir el daño y así responden cuando se las atacan, se las detienen, se las aísla, se hacen operativos y se instala la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) para seguir los bienes que son parte del lavado. No se sientan en un lugar para aplaudirnos sino llevan adelante acciones para generar daño.
—¿Cuándo va a estar funcionando la tecnología para inhibir las comunicaciones desde las cárceles que ordenan los ataques y balaceras?
—Los ingenieros del Invap, la empresa que se encarga de esa tecnología, están trabajando por varios días y se suman los responsables israelíes del equipamiento. Quisiera que hubiese sido algunos meses antes, pero parte de los equipos llegaron de Aduana hace días.
—¿No hay que cambiar el Servicio Penitenciario, construir más cárceles y dotarlo de más recursos?
—El Servicio Penitenciario tiene que cambiar. El esquema tradicional de detención de delincuentes debe cambiar ya que no es lo mismo un delincuente común que un integrante de una banda que se ha acostumbrado a ganar fortunas. Este difícilmente vaya a querer reinsertarse desde allí.
—¿Y en la provincia?
—Hay que adecuar las cárceles que no están preparadas para tener delincuentes de alto perfil o por delitos federales. En la provincia nos tenemos que hacer cargo de 600 presos federales. Ese tipo de detenidos necesita otro tipo de custodia, se ha comprobado que el grueso de las comunicaciones para instigar nuevos delitos surge desde las cárceles federales.
—Gobernador, la oposición se lo recuerda todos los días, usted prometió orden y paz en la campaña de 2019.
—Es un eje presente y a sostener. Hemos ordenado la provincia. Es una provincia previsible en cuanto a sus recursos y a lo financiero. El otro ordenamiento es el de la fuerza policial, depuramos y liberamos de elementos nocivos que han manchado la institución y eso lleva un tiempo. La paz es con la que nos movemos a diario, la búsqueda de ese objetivo es generar las mejores condiciones para crear empleo. La paz no es solamente no tener tiros, la paz es tener trabajo, no tener hambre y esa búsqueda no finaliza en un período de gobierno. Si alguien quiere buscar con ese lema resultados inmediatos, se equivoca o midió mal. Uno aborda esta problemática y en esa búsqueda hemos cortado los lazos con el delito.
—¿Qué evaluación hace de la Policía provincial?
—No es una buena noticia para los delincuentes ese proceso que hemos encarado dentro de la propia fuerza: más de 300 exonerados. Es una señal a los propios policías que intervienen en esas detenciones, es el camino que queremos para tener una institución policial que garantiza convivencia. Ir generando ese proceso de depuración y transición es clave. Por eso es prioritario que la Nación esté a la par junto a sus fuerzas. Lo ideal es tener la propia fuerza con profesionalismo y tecnología. Esa tecnología es la que vamos a tener sobre el final del mandato, la misma que mirábamos hace años en Tigre o en Caba, la que estamos trayendo actualizada, y la que me hubiera gustado tener el primer día de la gestión. Y ese es el camino en pos de dejar una mejor institución policial con más equipamiento para que multiplique la prevención. Como sucede ahora: en Rosario tenemos un número de víctimas alto, pero también la comunidad tiene que saber que tenemos los mejores índices de detenciones y secuestros de armas. También hay que hacer cárceles. Se necesita más capacidad y mejores condiciones porque la peor condición es que el delincuente esté libre.
—¿Qué mirada tiene sobre el paro regional del jueves pasado en Rosario por tema inseguridad?
—No puedo decir que una expresión no esté bien orientada cuando una sociedad golpeada le dice que no a la violencia y a los violentos, que pide más apoyo y que todos los poderes nacionales ayuden a Santa Fe.
—¿No vio un reclamo contra su gestión en materia de seguridad?
—Puede ser. Con los gremios que he hablado tengo claro que no es así, ya sea con quienes hicieron paro y los que hicieron el documento. No estoy de acuerdo con los que hicieron cortes (de tránsito o piquetes). Si a la sociedad le das una señal de protección, el corte no tiene nada que ver con eso.
—¿Cómo califica su gestión?
—No lo hago. Ese esquema de evaluación ha llevado al chequeo diario sobre qué decir y qué hacer. Si yo tengo que hacer midiendo diariamente el nivel de aprobación tendría que hacer placitas y llenarlas de juegos infantiles, entonces no hubiese pensado en hacer un gasoducto. Hoy, algunos dicen que es un error cuando antes se ponderaba a los que hacían cosas que trascendían una gestión. El Tik Tok es lo contrario a lo que digo.
—¿Se arrepintió de haber nombrado a (Marcelo) Saín como su ministro de Seguridad en el comienzo de su gestión?
—Hubo decisiones que se tomaron en el área en los primeros meses donde era necesario hacer una depuración de jefes (policiales) que tuvieron vinculaciones con distintos procesos. Las formas y el estilo claramente eran diferentes como así la particular forma de hacer funcionar (ese ministerio) fue generando enfrentamientos en algunos casos innecesarios que dificultan la acción de gobierno. Y eso llevó al cambio de ministro.
—¿Hubo una orden de su gobierno para llevar adelante esas tareas de perfilamiento de personas que ahora lo tienen como imputado al ex ministro?
-No debe quedar duda alguna que no hubo ninguna instrucción y una de las señales más claras es que soy yo mismo es el que está perfilado.
El escenario nacional
—¿Cómo se para frente al escenario electoral de cara a las presidenciales en Unión por la Patria y por otro lado con su colega cordobés Juan Schiaretti siendo candidato a presidente en otro frente?
—Nosotros somos Juntos Avancemos, eso es Santa Fe. No es un tema menor, es una definición política de lo mucho que tiene la provincia para aportar a la Nación y a partir de allí generar vínculos necesarios con otras provincias. Hay un centralismo marcado en los dos frentes, falta de expresión del interior en los potenciales candidatos, algo que debe ser una discusión y es la concentración en figuras del Amba y de los medios haciéndonos conocer figuras del Amba exclusivamente por sobre cualquier figura del interior. No tener una mirada federal impide expresar el potencial del interior. Las respuestas a las distintas crisis han venido del interior.
—¿Qué análisis hace de la cantidad de votos en blanco o impugnados que hubo en las elecciones provinciales y el nivel de asistencia a votar?
—Hubo momentos en la Argentina donde hubo mucho voto en blanco o voto bronca con (el personaje de) Clemente en el voto como expresión de rechazo. Hoy es la expresión de la distancia de la dirigencia con el día a día. No me enojo con los que son duros y a los que tratan de anti política. Hay que enojarse con la política, los últimos años no han sido buenos. La sociedad espera y desea algo mejor en cuanto a las expectativas y la satisfacción de deseos, es parte de un proceso que se vive desde la pandemia.
—¿Eso explica un fenómeno como el de (Javier) Milei?
-O como se llame. No me enojo con los que critican a la política o los que vienen de otro lado. Me preocupa que a la política no se le encuentre en los partidos más tradicionales con los mejores cuadros y profesionales.
—¿Cuáles son sus expectativas con respecto al futuro?
—Soy muy optimista sobre el futuro de la Argentina. Este año se empiezan a darse saldos positivos en materia de energía, empezó a llenarse el gasoducto Néstor Kirchner hasta Saliqueló y desde allí surgirá el próximo tramo que llegará hasta nuestra provincia. Eso son menos importaciones y más dólares además de los que aporta el campo. Tampoco tendremos otra sequía tan dura como la de este año. Al sector agroalimentario se le suman el gas, el petróleo, el litio y otros minerales.
—¿Ve un escenario de conflicto social de aquí a fin de año? ¿Qué le provocaron los hechos de Jujuy?
—Uno desearía que la política sea extremadamente cuidadosa en exacerbar las tensiones. Una medida que tiene su racionalidad puede no haber tenido el tiempo suficiente de maduración o la situación económica y social no permite que ciertos sectores puedan transitar ese proceso. Estamos en una Argentina con trabajo, pero con poder adquisitivo débil e índices de pobreza altos. Y es en esto donde debemos poner el esfuerzo mayor: cómo cuidamos los puestos de trabajo fortaleciendo el poder adquisitivo y cómo fortalecemos los sectores que nos van a generar la posibilidad de tener más divisas. Hay que ser cuidadosos, equilibrar el sistema económico para controlar la inflación y que el poder adquisitivo de la gente se fortalezca. Y el otro desafío es cómo controlar el narco-delito. Esto es el principal reclamo para que la Nación esté alerta y hoy la reacción o alerta está muy débil.
Su juego electoral en Santa Fe
—¿Por qué la lista que encabeza como diputado provincial lleva a casi todo su gabinete?
—Es lo que la gente tiene a la vista. Queremos continuar, profundizar y acompañar al próximo gobernador en acciones y obras estratégicas para la provincia, que no se van a alcanzar a terminar antes de finalizar el actual mandato como acueductos, gasoductos y el plan de conectividad. Son claves para subir piso de infraestructura y competitividad para la provincia.
—¿Cuál será su perfil en Diputados? ¿Si se impone en su categoría hará como los dos gobernadores anteriores que fueron presidentes de la Cámara? ¿Si cambia el signo político en el Ejecutivo, será el principal opositor?
—Son etapas distintas, momentos distintos. No me veo en ninguna de estas situaciones similares. Lo que uno desea es que se mantengan los esfuerzos de la gestión anterior y que el que venga haga mejor las cosas. Se debe tener una actitud constructiva desde la Legislatura. Nunca me gustó la palabra oposición, prefiero la palabra no oficialista u otra figura que te diferencie. La oposición ya te define, hay una impronta de cierta negatividad al rol que vas a ocupar. Y eso lo he sentido en muchas instancias con esta Legislatura, demorando tiempo, no acompañando lo que la sociedad va queriendo y lo que el gobernante necesita.
—Si (Marcelo) Lewandowski es electo gobernador, usted es el senador suplente, ¿asumirá en su lugar?
-Mi deseo inicial es que sea Marcelo quien gobierne. Quiero trabajar desde la Legislatura de la provincia. Afirmar las cosas que se han hecho bien, sugerir las cosas que se han hecho mal para cambiarlas y tener la visión de la continuidad de las que sean necesarias continuar.
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