Este domingo México hará historia. Luego de seis años de gobierno bajo la dirección del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el país hispanohablante más grande del mundo, vuelve a celebrar elecciones presidenciales. Al menos 100 de los 129 millones de habitantes están habilitados para votar. Se eligen 20.700 cargos que incluyen la Presidencia, ocho gobernaciones, decenas de diputados y senadores y cientos de cargos municipales. Son las elecciones más grandes de la vida política mexicana.
Además, está todo dado para que por primera vez una mujer sea la mandamás. La heredera del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) es la científica Claudia Sheinbaum, una de las fundadoras del movimiento nacido en 2014 y ex jefa de gobierno de la ciudad de México. Corre con una ventaja de más de 20 puntos sobre su rival, la empresaria y ex senadora Xóchitl Gálvez. ¿Cómo se encuentra el país de las enchiladas, los tamales y los burritos luego de seis años de Morena? ¿A qué desafíos se enfrenta?
AMLO culmina su mandato con un 70 por ciento de popularidad. Esto es mucho más de lo que asumió en 2018. En ese entonces ganó las elecciones con un respaldo del 53 por ciento de los votos y con una diferencia de más de 30 puntos por encima del segundo candidato. Fue el mandatario más votado de la historia. En estos seis años consiguió mayorías amplias en el Congreso así como también liderar en 23 de los 32 estados del país.
En ese marco, la oficialista Sheinbaum sostiene que “México se dirige a ser una potencia económica”. Uno de los logros en los que hizo foco en la campaña es que, durante la última presidencia, se redujo la pobreza y la desigualdad. Según las cifras oficiales más recientes, la pobreza extrema por ingresos en México disminuyó entre 2018 y 2022, pasando de 14 a 12.1 por ciento, aunque muchos dudan de estos datos dada la complejidad de los instrumentos de medición.
Además, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) la tasa de desempleo llegó en abril pasado al 2.6 por ciento, siendo la población desocupada de 1.6 millones de personas. Si bien la mayoría de los mexicanos trabajan en el sector informal, es una de las cifras más bajas de América Latina. Como otro punto fuerte, se suma la apreciación del peso mexicano en un 25 por ciento frente al dólar, lo que ha generado un incremento en el poder adquisitivo. También ha habido récord en las remesas que envían los migrantes a sus familias.
Durante los últimos años, México se ha convertido en uno de los 10 países con mayor PBI del mundo ayudado por dos factores. Uno, es la confrontación entre Estados Unidos y China que llevó a México a desplazar al gigante asiático como el primer socio comercial de su vecino del norte. Mucho tuvo que ver el traslado de empresas norteamericanas de China a suelo azteca. De este modo, el país de López Obrado. registró máximos históricos en inversión extranjera directa.
El otro factor, es el turismo que ha superado los volúmenes de 2019 -año previo a la pandemia- en un 25.7 por ciento. Según informó la Secretaría de Turismo, para 2024 se prevé un incremento del 5.4% con respecto a 2023.
El gobierno de AMLO también deja muchos desafíos. El narcotráfico y el crimen organizado están fuertemente arraigados, pese a las políticas de reconstrucción del tejido social de los territorios más vulnerables, que se desprende de la frase “Abrazos no balazos”, una alternativa a la guerra a los carteles como hicieron las administraciones anteriores. Con todo, el asesinato de decenas de aspirantes locales a manos del crimen organizado muestran que este esquema fue insuficiente.
Otros temas a resolver por la próxima presidenta serán la violencia de género, los deficientes servicios de salud y falta de medicamentos, y la cuestión migratoria con Estados Unidos, siga Joe Biden en la Casa Blanca o regrese Donald Trump. El tráfico de armas y el fentanilo, son otros dos puntos sobresalientes de la agenda bilateral. Además, es urgente aplicar una política de educación para garantizar la inclusión social; es muy elevado el abandono educativo a nivel nacional, sobre todo después de la pandemia de covid-19.
Si como todas las estadísticas prevén, Sheinbaum es electa presidenta este domingo, no caben dudas que México continuará con la “Cuarta Transformación” propuesta por AMLO. La que, como la Independencia, la Reforma, y la Revolución de 1910, promete renovar los cimientos de la sociedad mexicana. El contexto favorece a Morena para lograr su objetivo. Probablemente, la clave del éxito hasta ahora haya sido el pragmatismo de su líder, que no ha olvidado que el poder a largo plazo se afirma en el éxito económico.
Muchos describen a AMLO como un “populista de izquierda” en lo social que ha sabido construir su imagen de una manera muy provechosa, haciendo hincapié en que el Estado desempeñará un papel fundamental para garantizar el bienestar y la prosperidad. Pero “conservador” en lo económico, donde reconoce el sistema de libre mercado aunque sin dejar su suerte a la mano invisible. No ha incrementado los impuestos a los más ricos ni ha interferido en los planes comerciales de las empresas del sector privado. En el entendimiento con todas las partes -más allá de las críticas- se encuentra la clave de su popularidad. Habrá que ver qué dicen las urnas finalmente y qué camino toma su discípula si consigue la jefatura de Estado finalmente.