Esteban Lindor Alvarado, presunto narco y líder de una organización integrada por civiles y policías, armó un increíble plan para desligarse desde el minuto cero de un salvaje homicidio planificado y ejecutado en noviembre del año pasado. Se trató de una serie de delitos que antes de ser cometidos fueron pensados en función de las personas que se iba a buscar culpar a través de pistas falsas que, según los fiscales, plantó personal policial que integra la banda.

A la hora de planificar balaceras contra el Centro de Justicia Penal, Tribunales y la casa particular de una empleada del Ministerio Público de la Acusación (MPA), Alvarado instruyó a su banda de qué forma cometer cada delito para que luego la Justicia crea que detrás estaban Los Monos. Envió, a través de mensajes de voz de la aplicación Telegram, una suerte de tutorial. Esos numerosos audios fueron reproducidos este viernes en la sala 10 del Centro de Justicia Penal. Fueron extraídos del celular que el presunto narco arrojó al agua en un complejo de cabañas en Embalse Río Tercero, en Córdoba.

En qué consistía el plan

Gracias a su supuesto policía infiltrado en Fiscalía, Pablo Bancora, Alvarado obtuvo el teléfono real de Leando Olivera, alias "El Chulo", imputado por algunas de las balaceras contra la justicia que planificaron Los Monos. Bancora consiguió el contacto telefónico y se lo envió a Jorgelina Chávez, otra de las policías imputadas este viernes. Chávez, alias "La Pepo", luego se lo dio al líder de la presunta asociación ilícita.

El jefe de la banda ya tenía, además, el teléfono de R.O., una persona que llegó a ser de su confianza y que, por motivos personales, terminó enemistado. La intención final era culpar a los dos: a "Chulo" y a R.O.

Con los teléfonos reales del "Chulo" y de R.O., Alvarado pudo orquestar un plan increíble que consistió en formar diálogos entre "teléfonos espejo". Es decir, una charla entre los supuestos segundos teléfonos de ambos. Esas conversaciones, hechas por miembros de la banda de Alvarado, no eran reales.

Al ser una investigación compleja se requiere de ejemplos para comprender qué maniobra hizo el líder de la organización. Mandó a dos integrantes de su banda a la puerta de los domicilios de "Chulo" y de R.O.

En la puerta de la casa de R.O., un miembro de la banda llamó desde su celular (una línea telefónica usada solo para ese fin) al teléfono verdadero de "Chulo". El "Chulo" al notar que la persona que lo llamó era desconocida, procedió a cortar la comunicación. Acto seguido, el otro integrante de la organización (desde la puerta de la casa de "Chulo") mandó un mensaje de texto al falso segundo teléfono de R.O. indicándole que tiene el teléfono "pinchado", que era mejor que lo mensajeara a esa línea.

Entre los dos miembros de la banda establecían una charla vía mensajes donde hacían referencia a delitos como balaceras, el homicidio de Lucio Maldonado y otros hechos más. Evidencia para la justicia, en caso de ser real esa conversación.

Policías, parte de la banda, luego plantaron esos dos teléfonos usados como "espejo" en allanamientos que fueron ordenados en el marco de las balaceras. Así, la Fiscalía comenzó a investigar también esas líneas telefónicas como posibles involucradas en los delitos que se pretendían esclarecer.

«Netflix, un poroto», dijo a Rosario3.com uno de los abogados de los miembros de la banda de Alvarado


De esta forma, cuando Fiscalía pidió informes sobre esas dos líneas telefónicas (que eran de los miembros de la banda, pero simulaban ser de "Chulo" y de R.O.), las empresas de telefonía marcaba que las comunicaciones se habían entablado en la misma zona de los reales "Chulo" y R.O., ya que esos diálogos se hicieron en la puerta de sus domicilios reales.

"Netflix, un poroto", dijo a Rosario3.com uno de los abogados defensores de los presuntos miembros de la banda de Alvarado que fueron imputados este viernes en una larga e intensa audiencia imputativa que se retomará el próximo lunes a las 8, cuando se resuelva si continuarán o no detenidos.