Horas antes del desembarco en el Autódromo del DJ Hot Since 82, en una fecha de música electrónica que se prevé masiva, y de una presentación del siempre convocante Hernán Cattaneo en Mendoza, Prefectura dio un golpe importante al circuito de drogas de diseño de Rosario. Cuatro dealers fueron detenidos y quedaron a disposición de la Justicia Federal.
Los allanamientos tuvieron lugar este miércoles en Italia al 1600; un departamento del piso 8 de las Torres Maui, de Estanislao López al 2600; Don Bosco al 200 bis; Tuella al 700; Drago al 1000 y en Carrasco y Perdriel, donde iba a inaugurarse el bar-pantalla del grupo.
El resultado del secuestro: 4.258 pastillas de éxtasis con distintos sellos; 40 gramos de marihuana; diez frascos de inhalante popper; tres frascos (o “chanchas”) de ketamina, un bidón de 5 litros de ketamina; y 104 gramos de tusi, un cóctel de varias sustancias con colorante rosa y nueve troqueles de LSD. Además, de dinero en cash: 3,5 millones de pesos, 20 mil dólares y 500 euros.
Gente conocera del ambiente de la electrónica y del consumo de pastillas no se mostró sorprendida por la detención de Alejo M., el principal investigado en cuestión, que recibía a los compradores en la puerta de su casa y utilizaba un teléfono a su nombre para organizar las transas, acordadas por Whatsapp (que tenía su foto de perfil).
“Siempre había, fácil, 5 ó 6 personas esperando en la puerta del edificio de Italia y Montevideo. De hecho, me llama la atención que nadie lo haya denunciado antes”, confió una persona que aseguró: “Si te parabas cinco minutos en la esquina, te dabas cuenta”.
“Tusi 1 g por 6000 pesos, 5g por 25.000 pesos, pastillas Instagram, Tesla, Tomorrowland, Kenzo, Nintendo, etcétera 2500 y 3000 pesos cada una; LSD y flores de marihuana de las variedades Black Cream y Red Critical a 1000 pesos el gramo” ofrecía, por caso, uno de los avisos publicitarios de Alejo en grupos privados (y no tanto) de WhatsApp que, por supuesto, llegó a los investigadores de la Fiscalía Federal Nº 1, a cargo de Claudio Kishimoto y Franco Benetti, y la Procunar, a cargo de Diego Iglesias y Matías Scilabra.
Como pantalla, según el expediente, el grupo tenía intenciones de poner un bar en la zona de La Florida, precisamente en la zona de Carrasco y Perdriel, que estaba pronto a inaugurarse como forma de lavar la plata. “Nativo River and Food” fue allanado antes de su apertura. Hasta hace unos días anunciaba “desayunos, almuerzos, meriendas y cenas frente a nuestro río”.
Los investigadores federales tienen indicios de que el grupo tenía cobertura policial. En dos ocasiones, un patrullero frenó frente al domicilio investigado, aseguraron. Y también hay escuchas que sugieren que Alejo “pagaba” cuando “le caían”. Por las dudas, el grupo, que se manejaba en un BMW, pero también en un viejo Ford Falcon, tenía dos armas: una pistola 9 milímetros y un revólver 32.
Según trascendió Alejo M. también estaba en la mira de la Policía Federal Argentina (PFA), pero Prefectura había arrancado la investigación antes y quedó en mano de esta. Según el expediente, el joven viajaba seguido a abastecerse en Buenos Aires y revendía en Rosario. Lo empezaron a seguir en julio y no tardaron en observarlo haciendo maniobras de pasamanos en la puerta de su edificio.
Un investigador perfiló a los detenidos como “chicos jóvenes que están en la movida de las fiestas, de delivery y sobre todo en la época de fiestas. Tenían un nivel de vida muy alto. Vendedores de pastillas a «chicos bien» en «zonas lindas» de Rosario, centro y zona norte”.
Demasiado descuido en un mundillo donde las traiciones, los buches y los infiltrados están a la orden del día. Plata fácil a un precio muy caro. Del glamour, los afters, el champán con speed y el subidón del Mdma al frío del calabozo en pocos meses.