El partido de esta tarde ante River marcará un antes y un después para Central en la Copa de la Liga. Previo a abundar en detalles, se debe consignar que el equipo canalla, ya clasificado al menos a la Copa Sudamericana del año próximo, cerrará una temporada muy buena. Sólo con poner en la balanza plantel y campaña, se llega fácilmente a esa conclusión.
Pero ganarle a River, el mejor equipo y plantel del fútbol argentino, y llegar a la última fecha frente a un equipo descendido (Arsenal) con chances concretas de instalarse en la Copa Libertadores del año próximo sería un menú ideal para despedirse del Gigante al menos en esta fase de grupos, porque todavía tiene posibilidades de entrar a los cuartos de final, aunque hay cuatro equipos por encima.
Ya quedó escrito varias veces que Russo exprimió a este grupo hasta la última gota y construyó un plantel competitivo que está mucho más arriba de lo que sugería el conjunto de jugadores al comienzo de la temporada. Incluido también el mercado de pases de mitad de año, que no fue bueno.
Axel Werner, Maximiliano Lovera, Agustín Sández, Giovanni Bogado, Dannovi Quiñonez, Tobías Cervera y Marcelo Acosta son varios en cantidad, pero no cambian la ecuación. Un par de ellos ni siquiera debutó y el resto, salvo Cervera, tiene muy poco rodaje en este Central de dos caras que apabulla en Arroyito y se empequeñece fuera del Gigante.
“Trabajamos permanentemente para solucionar eso”, dijo Claudio Ubeda hace unos días en Zapping (Radio 2) sobre la campaña de visitante.
“Estar parados donde estamos parados hoy, realmente nos pone contentos pero nos sigue generando obligaciones”, agregó el Mosquito.
Eso es lo que queda en la columna del debe: de haber tenido una campaña al menos regular de visitante, ya estaría metido en la Libertadores del año próximo. Pero aún así, depende de sí mismo para conseguirlo.
También quedó escrito que si los equipos rosarinos no ingresaban a los cuartos de final, la Copa de la Liga sería mala. No obstante, un cupo en el máximo torneo continental enmendaría cualquier marca negativa.
Central y su gente irán esta tarde por la ratificación de un escenario inexpugnable que ya batió récords de imbatibilidad.
“La gente quiere más y nosotros también, es indudable. Pero si cuando empezó la temporada me decían que íbamos a sumar esta cantidad de puntos, y que íbamos a estar en la posición que estamos a dos fechas del final, lo firmaba en ese momento”, acotó Miguel Angel Russo, el padre de la criatura, tras el empate con Barracas Central que, como la mayoría de los partidos de visitante, tuvo sabor a poco.
Y cómo no firmarlo, si al final termina configurando una gran campaña de un equipo que dio mucho más de lo que indicaban las proyecciones.
Pensando en el futuro cercano, mejorar los resultados cuando juega afuera de Rosario es una tarea impostergable. Sobre todo para ser competitivo en cualquier torneo internacional que le toque jugar.
De todas maneras, con esa falencia a cuestas, uno de los grandes objetivos que tenían dirigentes, cuerpo técnico y jugadores, ya está cumplido.