El último noviembre se editó Los amigos de mis papás, la segunda novela de la escritora, cineasta y dramaturga rosarina Romina Tamburello. En clave de humor literario, la trama está centrada en Cecilia, una mujer recién separada, con un proyecto de investigación en crisis y un futuro laboral incierto, cuyos padres le comunican la intención de ingresar al mundo swinger.

“A la edad en la que a los padres se les dice que «tienen que jubilarse», ellos deciden no jubilar el deseo”, apuntó Tamburello, en el diálogo telefónico con Rosario3.

Entre el registro autobiográfico y las historias cercanas, la novela pone la lupa sobre la relación madre/padre e hija, la amistad, el amor, la enfermedad y hasta las mutaciones genéticas. Mientras los vínculos humanos son puestos en observación en una placa de Petri, el deseo se desliza en cada capítulo.

A la edad en la que a los padres se les dice que «tienen que jubilarse», ellos deciden no jubilar el deseo”

“Es una novela sobre alguien que está perdido, descolocado, intentando entenderse y, en ese proceso, entender a sus padres –abundó Tamburello–. El relato tiene mucho de mi historia familiar. Mi mamá tuvo cáncer (de mama) en 2017. Se curó, pero cuando vio a la muerte tan de cerca, empezó a hacerse un montón de planteos, particularmente, sobre el deseo y la sexualidad”.

Para la directora del cortometraje Rabia, es también “una historia común a otras familias a las que llega el momento de hacerse cargo de los padres. A veces, toca con una enfermedad o con cuestiones económicas, a Cecilia le tocó trabajar con el deseo. La realidad es que nadie quiere saber cómo cogen los padres. Ahí empieza también un lugar de la incomodidad, que, con humor, me gusta habitar”.

El deseo mutable


“Hay algo del deseo de las mujeres que me tiene tomada como autora”, confió la también dramaturga. “En (la película) Vera y el placer de los otros –que se estrenó el último 21 de noviembre– es un deseo adolescente. En el caso de Selva (Los amigos de mis papás), el de una señora de 65 años, y en la protagonista de la novela, un deseo que deja de estar y que Cecilia tiene que salir a buscar. Huyo de los lugares que piensan al placer como algo rígido o canchero. Tampoco me interesan los personajes que tienen todo resuelto o que dan cátedra, me interesa el error como motor para ir en la búsqueda de lo que se quiere. El deseo siempre es mutable, es lo que vamos encontrando”.

Es una historia común a otras familias a las que llega el momento de hacerse cargo de los padres. A veces, toca con una enfermedad o con cuestiones económicas, a Cecilia le tocó trabajar con el deseo"

El deseo, el error y lo imprevisto, atravesados por el humor, le permitieron a Tamburello avanzar en la complejidad de una enfermedad y en la reconstrucción de algo más que un seno, en una " estafa" laboral y en el vínculo de una hija soltera que, sin intenciones de maternar, termina en ese lugar..

“El humor no es un escape, es mi manera de ver la vida. En la novela, lo que mueve a la risa son los prejuicios de una piba y la falta de estos en sus padres”, sostuvo.

Para la también directora de de la serie Maternidak, Los amigos de mis papás “rompe con algunos prejuicios como la destrucción de las zonas de erógenas o el registro del propio cuerpo cuando una enfermedad pasa por encima. Y es también una novela sobre una madre y una hija que se aman pero no se entienden, hasta que se entienden”.

—¿Tenés planes de llevar al cine la novela?
—Siempre estoy pensando en filmar, aunque me está gustando mucho sentarme a escribir y pensar personajes. La realidad es que la literatura es mucho más divertida que escribir guiones porque hay más cosas que te permitís. El guion, en algún punto, es un formato rígido que empieza a tener algunas fracturas cuando uno quiere jugar. Pero ya estoy desarrollando el guion de Los amigos de mis papás, que ganó el premio de desarrollo de proyecto de Espacio Santafesino. Voy a tomarme todo enero para tratar de hacer una primera versión e intentar que esto se pueda filmar.