Zaira Nara decidió que tendrá a su segundo hijo en el marco del llamado parto humanizado, más conocido como parto respetado. La modelo confió que pondrá sus condiciones a la hora de dar a luz al bebé amparada por la vigencia de la ley 25.929 reglamentada en 2015.
El sitio Primiciasya.com publicó que la conductora reveló la decisión que tomó sobre el parto de su próximo hijo que tiene fecha para nacer en febrero. El bebé es un varón, producto de su relación con Jakob von Plessen, con quien ya tiene una hija de nombre Malika.
La hermana de Wanda anunció que la llegada de este nuevo hijo será por medio de un “parto humanizado” en San Martín de los Andes, donde está desde hace algunos días. Dijo que quiere que sea “sin anestesia, respetando los tiempos de su cuerpo y el bebé”,tal cual lo anunció en la revista Caras.
Este método está avalado por la Ley 25.929, aprobada en de 2004 y reglamentada en 2015, que indica que garantiza el trato digno y respetuoso hacia las personas gestantes, sus hijos y parejas en el embarazo, el parto y el puerperio.
La normativa establece para la mujer los derechos de estar “informada sobre las distintas intervenciones médicas que pudieren tener lugar durante esos procesos de manera que pueda optar libremente cuando existieren diferentes alternativas.
A ser tratada con respeto, y de modo individual y personalizado que le garantice la intimidad durante todo el proceso asistencial y tenga en consideración sus pautas culturales.
A ser considerada, en su situación respecto del proceso de nacimiento, como persona sana, de modo que se facilite su participación como protagonista de su propio parto.
Al parto natural, respetuoso de los tiempos biológico y psicológico, evitando prácticas invasivas y suministro de medicación que no estén justificados por el estado de salud de la parturienta o de la persona por nacer”.
La ley también determina una serie de derechos para la persona recién nacida, entre ellos, a “ser tratada en forma respetuosa y digna, a su inequívoca identificación, a no ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación o docencia, salvo consentimiento, manifestado por escrito de sus representantes legales, bajo protocolo aprobado por el Comité de Bioética, a la internación conjunta con su madre en sala, y a que la misma sea lo más breve posible, teniendo en consideración su estado de salud y el de aquélla”, entre otros.