Desde la separación, Julieta Prandi y Claudio Contardi mantienen una disputa legal por la custodia y las visitas de sus hijos.
Dos meses atrás ella lo denunció por retirarlos del colegio sin permiso, sin embargo el juez emitió una resolución en pos de restituir el vínculo entre los menores y su padre.
“Es una resolución en el juzgado de San Isidro en la causa que él inició contra ella, el juez resuelve intimar a la señora Julieta Prandi a dar estricto cumplimiento a partir de la presente, ¿qué es estricto cumplimiento? El cumplimiento de que los chicos vayan al psicólogo por las denuncias”, afirmó el periodista Carlos Monti.
Continúa: “Intimar a la señora Julieta Prandi a dar estricto cumplimiento a partir de la presente, al régimen de comunicación vigente entre el progenitor y el niño”. Y explicó: “Julieta no permitía que el padre se vincule con la criatura y el juez dice ‘bajo apercibimiento ante un nuevo incumplimiento de disponer cautelarmente en el término de 24 horas el cambio del cuidado personal del menor en cabeza de su progenitor y establecer un régimen de comunicación a su favor’”.
Para hacerlo más simple, Monti explicó: “Lo que dice el juez es, ‘permití que el hijo menor se re vincule otra vez con el padre porque caso contrario te lo saco’. Me llamó la atención. Le debe haber caído como un baldazo de agua fría. Se la intimó a fomentar el contacto y la re vinculación de los menores con el papá ya que, de no ser así, se le podría quitar la tenencia”.
En marzo de este año, ella detalló lo que vivió con su ex marido a quien denunció por violencia. “No hay una medida de suspensión de régimen, no hay una perimetral, ni siquiera mis hijos fueron escuchados y por eso recusamos al juez. El mayor (de sus hijos) hoy no quiere estar con su papá, que lo abandonó hace diez días en la puerta de mi casa con mi empleada. Los dejó como dos bolsas de basura y no fue el primer hecho de abandono, yo ahí lo denuncié y no pasó nada”, contó la modelo.
“Yo me fui (de su casa) en febrero de 2019, pasaron ocho o nueve meses hasta que Mateo habla. Ahí me entero que desde que yo me había ido y él había metido en mi casa a una mujer, Cinthia, que es su pareja, pero que mis hijos tenían que decirme que era la niñera. Esa mujer a su vez tiene una hija de 12 o 13 años, que dormía con mi hijo en la misma cama, y a Rocco, el más chiquito, lo metían en la cama matrimonial entre él y su novia. Cuando hablaban por teléfono no podían decirme lo que estaba sucediendo y, por supuesto, el padre digitaba lo que tenían que decir. En la casa, tenían que referirse a mí como ´la putita´”, relató.