El reconocido actor rosarino Juan Ignacio Cane, que saltó a la fama cuando interpretó al mánager de la serie de Luis Miguel, lleva adelante un proyecto “desde el corazón”: busca posicionar a Rosario como polo audiovisual, hacia sus ciudadanos y al mundo, con las ventajas logísticas y el potencial creativo que tiene la ciudad. Ya se puso en marcha y fue llevado al intendente rosarino Pablo Javkin.
“Juanchy” Cane salía de un largo día de grabación en el Estadio del Club Nacional de Football en Montevideo (Uruguay), donde se encuentra filmando exteriores de la segunda temporada de Barrabravas. Ya guarecido en el hotel, relató en diálogo con Rosario3 sobre este sueño que de a poco se vuelve tangible: “Es un proyecto hermoso que imaginé hace cuatro años, a partir de una falencia que observaba en la ciudad. Yo me siento rosarino, y algo tengo que hacer con la imagen que damos hacia fuera: pasamos de comer gatos a ser ciudad narco, según los medios. Me da mucha rabia que en el último tiempo en los rodajes me preguntan si es verdad que en Rosario te matan a tiros. Eso duele y algo tenía que hacer”.
Al proyecto, que se encuentra en etapa de expansión, lo nombró Par, por las siglas de Polo Audiovisual Rosario, pero el nombre remite también a la idea de “Rosario como par de muchas ciudades que son sedes de la industria audiovisual”, adelantó.
Según explicó, Par, "comenzó siendo una utopía, pero buscaba estar más cerca y aportarle algo a la ciudad". Y agregó sobre sus intenciones: "Quiero capitalizar mis relaciones públicas para posicionar a Rosario para producir contenidos audiovisuales, con sus ventajas logísticas de cercanía y de gente creativa, y traer a las personalidades que refuercen la marca de la ciudad”.
Por ahora el concepto cuenta con varias aristas: aceitar el servicio de la ciudad al mundo como ciudad accesible de locaciones; formar a técnicos y actores locales “para que al filmar las productoras no deban traer equipos de gente de otras ciudades”; búsqueda de inversiones privadas en el sector audiovisual; y convocar a actores y directores reconocidos del país para que instalen la marca ciudad hacia afuera. Pero todo eso, “en sintonía con cambiar la percepción de los mismos rosarinos sobre las producciones fílmicas que se realizan en su misma ciudad, a través de charlas, capacitaciones, y formaciones desde la edad escolar”.
Sucede que para Cane, lo primero de estas varias aristas es generar comunidad, que los rosarinos valoricen las creaciones locales, que muchas veces no se enteran de que existen, para “que se vuelva de a poco una masa crítica que valore su cine local”. Entonces precisó que “sin ánimos de altanería”, en su experiencia de vivir en otras ciudades como Buenos Aires, México y Madrid, “en Rosario falta marketing: vender la ciudad y el rosarino tiene que encontrarse con el potencial que tienen las filmaciones locales: hay muchos proyectos creativos, se hicieron series como Maternidark de Romi Tamburello, o El hechicero del "Nene" Molina. Yo me pregunto cuántos rosarinos se enteraron de su existencia y los consumen”.
Sobre cómo surgió este deseo, Cane recordó un momento clave: “En plena pandemia de 2020 estaba en una cena después de filmar la serie de Luis Miguel, y los productores pensaban ciudades no tan chicas donde pudieran filmar. Yo me moría de ganas de decirles que vinieran, pero para eso hay que mejorar las condiciones. Entonces me puse a maquinar”.
Hace varias semanas, Juanchy compartió la idea con el intendente Pablo Javkin y con el secretario de Cultura Federico Valentini, y “se entusiasmaron en acompañar la propuesta”, aseveró. También dialogó con el director de Punto Audiovisual Mauro Boggino y con la directora del Festival de Cine Latinoamericano de Rosario, Valeria Boggino, quienes dieron su visto bueno también.
Se trata de una propuesta desde el sector privado, aunque por ser una política pública, es indefectible que tendrá aristas relacionadas con la Municipalidad, ya que filmar en la ciudad implica contemplar aspectos administrativos y logísticos de los rodajes. Sobre esto, cabe recordar que desde 2022 el programa Rosario Filma brinda algunos auspicios y el recurso Puente. Aunque la propuesta nació también como estrategia para cooptar a las productoras nacionales e internacionales a realizar inversiones millonarias y rodar sus films en locaciones de la ciudad, en sintonía con la esencia de Par.
De esta forma, enfatizó: “Un conjunto de políticas públicas debe ir de la mano. Una decisión que es clave es el avance de la ley de Cine que está cajoneada en la Legislatura provincial y que el sector audiovisual reclama desde hace tiempo”.
Recordó que en octubre llega, nuevamente, el Festival de Cine Latinoamericano, y destacó: “Este tipo de eventos hay que promocionarlo bien y que vengan grandes actores y directores, pero sobre todo hacia adentro para que los rosarinos se apropien de su propio festival".
Una iniciativa desde la rosarinidad, en equilibrio entre lo público y lo privado
La propuesta de Cane de una ciudad como polo audiovisual busca alianzas con el Estado y también con el sector privado para que apueste a la filmación local, ya que ser una ciudad de filmaciones implicará la generación de trabajo de un amplio espectro de oficios rosarinos: modistas, escenógrafos, catering, remises, locaciones privadas, hoteles, entre otros sectores.
Cabe destacar que desde la pospandemia fueron varios los tanques cinematográficos que se realizaron: Vera de Federico Actis y Romina Tamburello, Perros del viento de Hugo Grosso, 1985 de Santiago Mitre, Empieza el baile de Marina Seresesky, y Sed de Julia Solomonoff. En ese entonces el ex secretario de Cultura, Dante Taparelli se entusiasmaba con la idea de “Rosario como cinema verité”, pero este año el panorama, de la mano con la crisis del Incaa, ya es magro nuevamente: hay dos o tres coproducciones en proceso de rodaje.
El equipo de Par, que avanza en forma de productora audiovisual, es conformado por un grupo de rosarinos: Lorena Rey (actriz, realizadora audiovisual y docente), Gonzalo Pereyra (diseñador), Diego Lorenzini (administrador de empresas) y Manuel Sánchez Luppi (contador), entre otras personas que colaboran de forma más satelital.
Cane destacó que su objetivo es empoderar al sector audiovisual al nivel de otras metrópolis: “En una carrera de contador, apenas te recibís haces balances en varios trabajos hasta que te volvés bueno en eso. Un actor o director no tiene posibilidades de desarrollarse en la ciudad, y termina siendo profesor en las escuelas de cine”.
Entonces ejemplificó: “En Montevideo, donde estoy ahora filmando, es un polo desde hace 20 años, y eso significa que cada vez que hay un rodaje, ya cuenta con los equipos técnicos necesarios para las filmaciones. En cambio, para filmar en Rosario, un film debe traer a la mayoría de sus equipos porque acá no hay experiencia, y para tenerla, hay que apostar a la ciudad y filmar. Falta esa gimnasia”.
Pero, la iniciativa va mucho más allá: “A mediano plazo quiero que esta sea incubadora con historias rosarinas para exportar. Y a largo plazo, si se genera comunidad y los mismos rosarinos entienden el valor de las producciones en la ciudad, la idea es que se generen crowdfunding de filmaciones con cuatro películas por año sobre la ciudad, y que los mismos rosarinos sean los inversores. Algo similar a las producciones audiovisuales que realiza Hernán Casciari con la comunidad de su revista Orsai. Es muy necesario en la ecuación que los privados lo banquen”.
Otro objetivo es la formación de “una masa crítica en el cine”, y para eso, expresó: “Queremos llevar el cine a las escuelas primarias y secundarias. Yo descubrí mi vocación de actuar cuando vino un productor a mi escuela y actué para un corto a mis 16 años. Fui a la escuela Maristas y de ahí conservo a mis amigos, algunos de ellos que están en el Par”.
Una primera actividad fue realizada desde Par, cuando vino Érica Rivas a presentar Matate amor con entrada gratis en el Centro de Expresiones Audiovisuales, y a la par brindó una charla para actores.
De cara a un futuro cercano, con entusiasmo, Cane adelantó: “Ya estamos trabajando en una segunda actividad, y la tercera será la proyección de cortometrajes en una escuela primaria”.
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