La gala número 66 de los premios Grammy, que se desarrolló el último domingo en Los Ángeles, y en la que consagraron Taylor Swift y Miley Cyrus, entre otras y otros artistas, tuvo algunos momentos musicales épicos, uno de ellos, hasta las lágrimas.
En este apartado estuvo el homenaje que Annie Lennox rindió a Sinéad O'Connor al interpretar “Nothing compares to you”.

La participación de la ex Eurytmics fue en el momento in memorian, dedicado a recordar a quienes fallecieron el último año.
La vocalista, con los ojos húmedos, también pidió por la paz en el mundo. "Artistas por el alto el fuego y la paz en el mundo", clamó, con el puño en alto.

Otro momento épico de la ceremonia fue la presentación de Joni Mitchell, a los 80 años. Sentada en un sillón, con dos trenzas y un bastón en la mano, comenzó a cantar “Both sides, now”. Así nomás, como si el tiempo no hubiera pasado.

Visiblemente agradecida, Celine Dion reapareció en público, mientras lucha con un complejo cuadro de salud. “Estoy feliz de estar aquí, es muy importante para mi corazón", dijo la artista canadiense, poco antes de entregar un premio a Taylor Swift.

Otro segmento fuera de cotidiano ocurrió cuando Tracy Chapman cantó junto a Luke Combs “Fast car”. Tras la actuación, casi 36 años después de su publicación, la canción alcanzó el número uno en ventas en iTunes.