Una concesionaria de autos en los ´70 es el marco en el que se desarrolla una historia familiar donde un padre, su hijo y un tío postizo tratan de mantener a flote un negocio que anda a la deriva esperando a clientes que nunca llegan. A los tres se les hace insoportable la espera y a partir de ahí empiezan a tramar estrategias y encantos para seducir a los posibles comparadores. Una obra que transita la comedia, el drama y el absurdo, donde los protagonistas pasan de héroes a villanos en segundos y viceversa.
En la previa del estreno el actor y director, Juan Nemirovsky, dio detalles de la obra en una exclusiva con Rosario3
-¿Cómo surge la idea de este proyecto?
-“Fe ciega” surge a partir de una inquietud de su director Francisco “Tico” Fissolo. Me gusta pensar que es como una obra basada en hechos reales, él tiene como un reflejo ahí de su infancia y de su abuelo, con una concesionaria de autos, en un negocio en el que rara vez entraba alguien. Él tiene el constante recuerdo de su abuelo, un socio y otro más, tres socios que constantemente estaban ahí a la espera del cliente que nunca llegaba y bueno toda la charla que se daba en esa espera. Entonces, a partir de ese germen nos empezamos a juntar y a improvisar, tres actores con ese único disparador que estábamos a la espera de un cliente que nunca llegaba a una concesionaria de autos, ambientada en los 70.
A partir de un proceso muy largo de improvisaciones, que llevó prácticamente tres años, fuimos generando los vínculos que se desarrollan en la obra, los personajes. Terminó resultando en un padre e hijo, y una especie de tío postizo, no de sangre, y esos son los tres personajes que están en esa deriva, en ese mundo medio imaginario que van construyendo para soportar la espera. Y bueno, eso terminó configurando “Fe ciega” y a partir de esas improvisaciones se fue generando un texto. Un dato interesante y particular, es que uno de los actores, Juan Gutiérrez, a su vez estuvo encargado del texto, a medida que improvisábamos el después iba trayendo el texto escrito a partir de lo que iba sucediendo.
-La obra va transitando diferentes climas, pasa del drama a la comedia
-Creo que la obra se instala en una comedia, dramática y absurda, porque no tiene un registro ni desde la actuación ni desde el texto realista. Tiene ese contexto realista que es esa concesionaria de autos y de tres tipos que están desesperados por poder recuperar y resucitar su emprendimiento. Después los juegos que ellos van enarbolando y las líneas argumentales que va desplegando, tienen más que ver con el vuelo y la locura de ellos tres con situaciones realistas. Entonces te diría está basada en hechos reales, tiene un contexto real pero después yo creo que se instala más como una comedia absurda.
-¿La obra podría transcurrir en cualquier momento y en cualquier lugar?
-Exacto. Por ahí lo que podríamos pensar es que la obra se ancla en un tiempo determinado donde el ocio de ese momento uno estaba obligado a llenarlo con la propia creatividad. Supongo que hoy en día tres tipos en un negocio en el que no entra nadie probablemente gran parte del día estén abocados a mirar el teléfono y a estar medianamente incomunicados entre ellos. Me parece que en esa época donde el celular no era todavía un elemento cotidiano, en esa espera, en esa angustia, se veían obligados a encontrar modos de entretenerse. Eso sí creo que es distinto, tengo la sospecha de que hoy en día si uno entra a un local en donde no hay un cliente, los empleados están más con su propio teléfono que interactuando entre ellos.
-Es una historia atada a esa cuestión que está en el ADN argentino en eso de reinventarse, de ver cómo trazar una estrategia ante la adversidad.
-Totalmente. Creo que también tiene algo del gen argentino y del actor argentino, una cosa medio de vendedor, medio de chanta, de engatusador, de la manipulación y de la estrategia que uno pone en juego para convencer a alguien de que compre lo que uno tiene para vender. De hecho, creo que hay algo también interesante en los vínculos que desarrolla la obra, que hay constantes traiciones, alianzas y enemistades entre los personajes. Eso también creo que es muy propio de lo argentino, digo, constantemente estamos fluctuando y están tensos los vínculos. Con quien hace un minuto sentías que había cometido una traición a los dos minutos se vuelve a generar una alianza, en la obra constantemente van y vienen las contradicciones entre ellos, me parece que eso también es muy propio de los vínculos y de la forma de vincularse de Argentina.
-Es una obra donde no está claro quiénes son los héroes y quienes los villanos
Sí, creo que siempre las ficciones más interesantes son las que tienen, como vos decís, desdibujados esos lugares de villano y de héroe. Acá estas situaciones están entrelazadas en algún momento con un personaje con el que empatizas a los dos minuto. Luego puede ser que lo ubicas más como el enemigo, y así viceversa, y no hay ni buenos ni malos, todos por momentos son crueles y todos por momentos pueden ser empáticos. Me parece que también en esa deriva la obra tiene un punto a favor.
La obra estará en cartel durante los viernes de abril y mayo, a partir de la 21, en La Orilla Infinita de Colón 2148.