En la película El desentierro, una pareja huye hacia Bolivia con un "botín de dólares". Pero el auto en el que viajan queda varado en Jujuy y, junto al niño que les acompaña, terminan “atrapados” por el carnaval de Humahuaca.
A medida que avanza la historia, la relación entre los personajes se irá diluyendo. En la reconfiguración de esas mutualidades, la celebración originaria y sus personajes harán lo propio.
“En el carnaval, se desentierra al diablo para volver a enterrarlo una vez que termina. Entonces, como el diablo anda suelto, uno no tiene la culpa de nada. Las culpas se las achacan a él”, explicó Claudio Perrin, director de El desentierro, a Rosario3.
El diálogo telefónico con el realizador rosarino se desarrolló en la semana previa al estreno del film, el último sábado; la primera de cinco funciones previstas para este diciembre en El Cairo cine público.
“Me pareció interesante hacer una analogía entre lo que ocurre en el carnaval y la relación que tienen esta pareja y el niño”, abundó Perrin sobre el drama protagonizado por Claudia Schujman, Roberto Chanampa y Zahir Perrin.
Al ser consultado sobre la decisión de filmar con la festividad como “entorno”, el también director de Umbral, Bronce y El cuento reveló una experiencia personal.
“En 1998 viajé a Jujuy. Era la primera vez que estaba ahí y también mi primer carnaval. Las personas del lugar dicen que el carnaval «te atrapa» o «te suelta», que no hay término medio. Bueno, yo quedé «atrapado»; me explotó la cabeza”, detalló Perrin sobre la cinta cuyo guión fue seleccionado en el apartado “inédito” en el Festival Internacional de Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana (Cuba).
—En tus anteriores películas propusiste un abordaje de los vínculos que guardaba cierta relación entre el adentro y el afuera. Esta vez, el rodaje tiene como escenario al carnaval. ¿Cómo influye esto en el relato?
—Está relacionado con esa posibilidad latente de los personajes de que a veces son buenos y a veces son malos. Entonces, la idea del "diablo suelto" funciona como una metáfora. En el caso de Claudia (Schujman), a ella sí la «atrapa» el carnaval. Pero a él (Roberto Chananpa), no.
—Es la segunda película en la que trabajás con tu hijo, Zahir. ¿Cómo fue esta experiencia?
—Me pone muy feliz porque siento que estamos involucrados no sólo en un proyecto familiar sino también artístico. Es increíble lo que ha madurado en su actuación con respecto a El Cuento (debut y protagónico de Zahir). Sabe dónde está la cámara, cómo tiene que mirar, a dónde tiene que ir. Filmar con mi hijo es como jugar, como lo es para otros jugar a la pelota. Es muy gratificante.
—Intuyo que haber filmado El desentierro, después de casi dos décadas de haber sido “atrapado” por el carnaval, tiene un plus
—Para mí, esta película es un sueño cumplido. A veces, uno los deja (a los sueños) o se aleja un poco, pero en algún momento reaparecen. Estoy muy satisfecho, sobre todo, después de tantos años. Incluso también como productora porque Zahir Films es algo familiar que integramos con Claudia (su compañera) y amigos, y juntos pudimos llevar adelante una producción semejante de manera independiente. Tuvimos un apoyo de la Provincia de Santa Fe y de la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Rosario, pero la pudimos completar a través de una plataforma de crowdfunding (Ideame). Acá tuvimos que ir 20 personas 15 días a Jujuy. Entonces, no puedo nombrar a todos los que estuvieron involucrados en la película, pero les quiero agradecer.
Próximas funciones de El desentierro
Tras el estreno del sábado, El desentierro se exhibirá este diciembre en El Cairo el jueves 26 y viernes 27, a las 18; el sábado 28 a las 20.30 y el domingo 29, a las 22.30.
La entrada general para estas cuatro funciones es de 70 pesos; estudiantes y jubilados: 60 pesos.