El arte de llorar es un ensayo ilustrado en el que la dibujante argentina Pepita Sandwich condensa vivencias personales e investigaciones sobre esa respuesta emocional y física de las que solo las personas somos capaces. Publicado por Penguin Random House el último junio, este “diario del llanto” (de trazos y palabras) parte de la pregunta “por qué lloramos” hacia otros interrogantes como "qué son las lágrimas" o en "qué momento de la evolución, la lágrima física se unió con los sentimientos".

Asimismo, en este recorrido polisémico del llanto que propone la también autora de Diario de supervivencia (2016) y Las mujeres mueven montañas (2019), los dibujos permiten “expandir significados y metáforas” para ofrecer “otras capas de entendimiento”.

Después del 2020, de la pandemia, comenzamos a reivindicar las lágrimas, empezamos a hablar un poco más de nuestra salud mental"

“Llorar es estar vivo. Es sentir tu cuerpo y tu mente. Las lágrimas son como la poesía del cerebro”, sostuvo Pepita Sandwich, el “alias” de la dibujante Josefina Guarracino, en diálogo con Rosario3.

Un diario del llanto


El prólogo de esta suerte de retrospectiva de lágrimas propias y ajenas reconoce un marco histórico planetario: la pandemia. El encierro en Nueva York –una ciudad a la que la autora se había mudado poco antes de que un virus pusiera en jaque a millones de personas– hizo que la también artista visual y colaboradora del The Washington Post, Vogue, The New York Times, Los Ángeles Times y The New Yorker comenzara a leer todo lo que había a mano sobre el llanto.

Fuente: "El arte de llorar".

De “llorar mucho por todo, casi como única respuesta” a reflexionar sobre la complejidad de ese acto “del que solo las personas somos capaces” tratan los cinco capítulos de El arte de llorar: "Las lágrimas científicas", "Las lágrimas históricas", "Las lágrimas en el arte", "Las lágrimas sociales" y "Las lágrimas existenciales".

—¿Pensás que hay un antes y después de la pandemia en la valoración general del llanto?
Llorar era y es un tabú, pero después del 2020, comenzamos a reivindicar las lágrimas, empezamos a hablar un poco más de nuestra salud mental. En ese encierro distópico pasó que mucha gente que vivía sola, o con alguien, tuvo que quedarse en soledad. Los científicos evolutivos plantean que las lágrimas se desarrollaron a lo largo de la historia como un pedido de conexión psíquica con otros, como un llamado. Entonces, en ese momento, cuando no teníamos a quién acudir o con quién tomarnos de la mano, las lágrimas fueron conexiones existenciales.

Llorar es estar vivo, es sentir tu cuerpo y tu mente. Las lágrimas son como la poesía del cerebro"

Respecto de la percepción negativa de llorar en público, propio de la mirada patriarcal, la entrevistada advirtió que “el llanto está estigmatizado porque se lo asocia a lo débil y vulnerable. Me gusta reivindicar eso y decir que podemos llorar siendo fuertes, estando enojados. Las lágrimas son la máxima expresión de la experiencia humana. Llorar es estar vivo, es sentir tu cuerpo y tu mente. Las lágrimas son como la poesía del cerebro”.

Lágrimas sociales, trazos polisémicos


En un ensayo o una novela gráfica, lo mismo que en una viñeta, conviven la síntesis y la expansión. En ese doble acto reside para Pepita el eje de su trabajo como artista visual: "Partir de una experiencia personal para intentar volverla universal".

"El dibujo es una forma de expandir un significado o una metáfora y darle otra capa de entendimiento –añadió–. Somos seres visuales y dibujar es lo primero que hacemos, antes de escribir. Las letras también son dibujos (...) Yo suelo tener un guion armado, pero a medida que voy escribiendo, voy pensando las imágenes porque quiero que también estas cuenten una historia. Me refiero a que alguien que solo ve las imágenes también pueda captar un poco esa narrativa.

El dibujo es una forma de expandir un significado o una metáfora y darle otra capa de entendimiento"

–Partís de una experiencia personal para intentar volverla universal. ¿Qué recorrido esperás del libro y cómo te vuelve a vos?
—Aún hay mucha gente que no se anima o que intenta esconderse para llorar. Quizás, este libro pueda ayudar a pensar sobre eso. Por mi parte, una cosa que cambié a partir de este libro es que no le digo a las personas que no lloren cuando veo a alguien hacerlo. No digo más: “No llores”.