“Tercer tiempo” es una experiencia que derriba prejuicios, de uno y otro lado. En realidad, es una iniciativa de un grupo de doce profes que decidieron no quedarse quietos y entraron al submundo de las cárceles para extenderles una mano a los que están encerrados por esos muros. Lo que allí encontraron fue movilizante para ellos y dicen que “es mucho más” lo que reciben que lo que dan. “Todos sabemos que en algún momento recuperan la libertad y creemos que a esa situación de encierro hay que ponerle algún contenido, algún mensaje”, describió Fernando Benítez, uno de los impulsores de esta idea.
Benítez habló este martes en el programa Radiópolis que conduce el periodista Roberto Caferra en Radio 2. Contó que la fundación “Tercer tiempo, rugby para la reincersión” arrancó “desde mediados del año pasado aproximadamente”.
“Arrancamos en la Unidad 6 con (el entrenador de Old Resian) Germán Di Leo y seguimos juntos; se nos ocurrió que algo teníamos que hacer con la población carcelaria”, detalló.
El profe destacó que “todos sabemos que en algún momento recuperan la libertad y creemos que a esa situación de encierro hay que ponerle algún contenido, algún mensaje”.
“Si bien nosotros tenemos muchas ganas de hacer esto, sabemos que puede ser recibido de mala manera, sobre todo por los familiares que sufrieron una pérdida por un ilícito”, reconoció. Y luego agregó: “Yo creo que cuando desaparace ese deseo de venganza, aparece el sentimiento de ayudar más allá de la persona”.
“Nosotros encontramos el rugby como elemento para ayudar a toda esa gente; la transmisión de valores de conducta, la aceptación de reglas; en todo eso hemos tenido éxito”, comentó Benítez con mucho entusiasmo.
En todo momento, el creador de esta iniciativa valoró lo que reciben de los detenidos: “Para transmitir lo que nos pasa, prefiero hablar de las charlas que tengo con los profes que llevamos a la cárcel; ellos me dicen «me siento lleno». Eso nos reconforta mucho”.
“Nos interesa trabajar la reinserción de los internos una vez que recuperan la libertad”, indicó Benítez. “Notamos que recuperan la autoestima, se sienten valorados mostrando que pueden hacer algo positivo y que se lo pueden contar a sus familias; eso es fundamental”, manifestó con emoción.
Se trata de una actividad que ofrece otra mirada sobre el servicio penitenciario y que se implementó a nivel oficial por decisión del gobernador Miguel Lifschitz, que habilitó los fondos necesarios para el proyecto.
“Le pido a la gente que entienda lo que hacemos, nos ha pasado que muchos chicos que salieron en libertad nos manifestaron sus ganas de seguir practicando rugby afuera y estamos trabajando en eso”, contó.
Y concluyó: “Sentimos que el rugby funciona en este caso como un elemento aglutinante”.