Aunque resolver nuestra falta de deseo sexual con una pastilla puede ser rápido, a veces tenemos que tomar en cuenta que otros aspectos de la vida pueden estar dificultando nuestra intimidad y requieren prestarle atención. Aquí, seis de ellos publicados por docsalud para percibir el problema y mejorar la situación.
- Tomar un medicamento
Existen algunos fármacos que, como efecto secundario, reducen la libido. De acuerdo con Diabetes UK, una ONG para ayudar a quienes sufren esa enfermedad en Reino Unido, indicó que tanto hombres como mujeres "pueden experimentar disfunción sexual causada por factores físicos o por un medicamento que estén tomando o ambos". De hecho, medicinas contra la presión alta y la depresión pueden afectar el deseo sexual y la posibilidad de conseguir un orgasmo, indicó el sitio BBC Mundo. Por tal motivo, es importante preguntarle al médico qué tipo de efectos colaterales tienen las drogas y cómo se puede mitigar el problema íntimo.
- Tener autoestima baja y exigencias altas
El no sentirse sexy puede afectar cómo se aborda la sexualidad. Según una publicación de la Escuela de Medicina de Harvard, llamada Cinco cosas que pueden arruinar el buen sexo, "la gravedad no es amable con el cuerpo a medida que envejece". También influye en la forma de percibirse de las mujeres por los cambios tras embarazos y partos con cesáreas, cicatrices, aumento de peso y estrías. Por otra parte, la la llegada de los hijos puede llegar a afectar la intimidad de la pareja.
Mientras que para ambos géneros, el aumento de peso o la caída del cabello pueden influir en sentirse menos deseables, y “obstaculizar la sensación de cercanía o la inspiración para hacer el amor”, señaló el texto.
En el caso de los hombres, además, hay otra variable. De acuerdo con Ant Smith, autor de The Small Penis Bible (La biblia del pene pequeño), existen "presiones sociales" y una "imagen idealizada del tamaño del pene por parte de la industria pornográfica”, lo cual proporciona una "visión distorsionada de lo que es normal". Smith incluso confesó a BBC Mundo que el hecho de ser consciente de que tenía un pene pequeño dificultó sus relaciones amorosas "y convirtió al sexo en un verdadero desafío". Mientras que el doctor Fabían Bonaño de la Asociación Española de Andrología (ASESA), señaló que el hombre “puede sentirse inhibido al iniciar una relación sexual, por miedo a no cumplir con las expectativas de la pareja", por lo cual la autoaceptación es fundamental
- Experiencias negativas del pasado.
Aunque el deseo sexual es algo biológico y natural, inciden otros factores, como los culturales, los familiares, los religiosos y los sociales, que a veces ayudan al disfrute, mientras que en otras lo complican. Por tal motivo, se recomiendan pedir ayuda especializada para abordar temores, traumas o experiencias pasadas que puedan estar afectando la intimidad.
- Beber alcohol
Aunque una copa de vino puede estimular la libido, el consumo excesivo de espirituosas puede afectar el desempeño sexual y la chance de alcanzar un orgasmo, según señaló la publicación de la Escuela de Medicina de Harvard.
- Una infección que pasó inadvertida
Diabetes UK advierte que la candidiasis vaginal es una condición común, que empeora con los altos niveles de glucosa en la sangre, y que hace que las relaciones sexuales sean incómodas.
Otra condición es la vaginosis bacteriana (VB), muy frecuente en las mujeres de 15 a 44 años, causada por una cantidad excesiva de ciertas bacterias que provoca un desequilibrio bacteriano en la vagina. Otros problemas son los hongos y la cistitis. No está de más también aclarar que ciertos jabones y productos químicos pueden ocasionar irritación, picazón y ardor, lo que puede hacer que las relaciones sexuales resulten dolorosas para muchas mujeres.
- Estar siempre apurados
Es fundamental plantarse frente al ritmo de vida actual, detenerse y darse un espacio para el relax de cara a un encuentro sexual. Hay que dedicar tiempo a acariciarse, besarse y tocarse.
"Las técnicas de enfoque sensorial que utilizan los terapeutas sexuales pueden ayudarlo a restablecer la intimidad física sin sentirse presionado. Muchos libros de autoayuda y videos educativos ofrecen variaciones de estos ejercicios. También puede pedirle a su compañero/a que lo toque de la manera que le gustaría ser tocado/a. Esto le dará una mejor idea de cuánta presión, de suave a firme, debe usar", indica la revista de Harvard, que también sugiere probar nuevas posiciones e incluso escribir las fantasías sexuales para compartirlas con la pareja.