El presidente del gobierno de España, Mariano Rajoy, defendió este domingo la suspensión del Ejecutivo de Cataluña y la convocatoria de elecciones en esa región para poner fin al "delirio" de los independentistas y "recuperar el respeto a la libertad y la convivencia".
Rajoy visitó Cataluña por primera vez desde la declaración de la independencia en el Parlamento catalán el pasado 27 de octubre, en apoyo a su candidato del conservador Partido Popular (PP), Xavier García Albiol, para las elecciones regionales del 21 de diciembre.
"Había que recuperar el respeto a la libertad y la convivencia y era urgente restituir el autogobierno y el interés general" y para frenar la "escalada de agresión a la convivencia", dijo Rajoy en defensa de su decisión política.
El mismo día en que el Parlamento catalán aprobó la proclamación de su independencia, Rajoy, además de convocar a elecciones regionales, ordenó el cese del gobierno catalán y la disolución de su Parlamento, amparándose en el artículo 155 de la Constitución.
Rajoy ratificó este domingo su accionar al remarcar que era "inaplazable devolver la legalidad a las instituciones en Cataluña". "Por eso lo hicimos y no por otra razón", afirmó el mandatario.
El cesado gobierno catalán contó con el apoyo de la Candidatura de Unidad Popular (CUP) en todas las propuestas a favor de la independencia que, a través de su grupo Junts pel Sí (Juntos por el Sí), presentó en el Parlamento catalán.
Entre las medidas, los 10 diputados de la CUP apoyaron la aprobación de la ley de referéndum, la ley de transitoriedad para poner en marcha la república catalana y la declaración de independencia, todas ellas anuladas por el Tribunal Constitucional español.
La crisis política catalana a su vez debilitó el pacto de gobierno del partido de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que por una amplia mayoría decidió romper con los socialistas por el apoyo que este partido dio al cese del gobierno catalán tras la declaración de independencia aprobada por el Parlamento regional.
Después de que 54,18% de los participantes en la consulta decidiera romper con el partido socialista, el grupo de Colau tendrá ahora más complicada la gobernabilidad de la ciudad, ya que solo cuenta con 11 concejales de los 41 que componen la legislatura de la ciudad, muy fragmentada entre distintos partidos.
El sábado cientos de miles de personas reclamaron en Barcelona la libertad de los ex miembros del gobierno catalán y los líderes independentistas por impulsar la secesión de Cataluña, manifestación que fue convertida en un acto de campaña electoral del independentismo de cara a los comicios del 21 de diciembre.
La marcha, convocada por las organizaciones independentistas bajo el lema "Libertad presos políticos. Somos República", concentró a 750.000 personas, según la Guardia Urbana, en la calle Marina de la ciudad condal, donde se escucharon gritos de "¡Libertad!" para los presos, a favor de la "Independencia" y mensajes como "¡Puigdemont presidente!".
En los últimos días se especuló con la posibilidad de una lista unitaria a favor de la independencia, como propone el ex presidente catalán Carles Puigdemont desde Bruselas, donde se encuentra por no querer responder a la Justicia española.
El viernes pasado los dirigentes de la CUP Benet Salellas y Anna Gabriel se entrevistaron con Puigdemont en la capital belga, donde le trasladaron el apoyo de su formación ante la "represión democrática que vive Cataluña" y "la disolución de un parlamento democrático".