Quienes consumen gaseosas con frecuencia suelen tener más dificultades para conciliar el sueño y por lo tanto descansan menos horas. Este padecimiento se suma a los problemas de obesidad y mayor riesgo de diabetes o enfermedades cardiovasculares a los que se asocia este tipo de bebidas.
La Universidad de California en San Francisco (UCSF) realizó una encuesta a 19 mil adultos, entre los que había un 13% que dormía menos de cinco horas por la noche. Según el estudio, publicado en la revista Sleep Health y reproducido por el sitio 20 Minutos, el problema encontrado tenía que ver con sus hábitos alimenticios: quienes dormían menos bebían 21% más gaseosas que quienes lo hacían entre siete y ocho horas.
Un análisis más detallado comprobó que la asociación principal se daba con las gaseosas con cafeína, ya que se trata de una sustancia que bloquea la unión de elementos químicos en el cerebro, responsables de que una persona se sienta cansada.
"Y en lo que respecta al azúcar, es más probable que la falta de sueño aumente el deseo de consumirla, y que esto afecte negativamente a nuestra capacidad para dormir", dijo el responsable del estudio, Aric Prather.
Por otro lado, se descubrió que entre los que dormían poco también había más probabilidades de que fumaran, llevaran una vida sedentaria, tuvieran menos recursos económicos, o estuvieran solteros. También eran más propensos a tener una enfermedad crónica.
Además, más allá de los refrescos, los autores no observaron ninguna relación estadísticamente significativa entre el consumo de otras bebidas como agua, té o café y las horas de descanso.