La Justicia rosarina procesó a Ariel Máximo Cantero, alias Guille, y Leandro Vilches, conocido como el Gordo, como organizadores de una “red dedicada al narcotráfico” desde los establecimientos penitenciarios en los que se encontraban detenidos por sus actividades como integrantes de la banda de Los Monos, entre noviembre de 2015 y octubre de 2016.
El procesamiento estuvo a cargo del juez federal Marcelo Bailaque, en línea con lo señalado en su pedido de indagatorias por Adriana Saccone y Diego Iglesias, a cargo de la Fiscalía Federal N°3 y la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), respectivamente, informó el sitio del Ministerio Público Fiscal.
La causa se inició como un desprendimiento del proceso en el que se investigó a aquella banda, y ya había determinado la existencia de la organización dedicada al tráfico ilícito de estupefacientes presuntamente integrada por Edgardo Norberto Smolsky, Cristian Negrette, Gustavo Ariel Fernández, José María Bracco -ya procesados-, entre otros, que funcionó al menos desde noviembre de 2015.
No obstante, pese a las pruebas colectadas, la fuerza a cargo de la investigación no había logrado establecer quiénes eran aquellos sujetos que cumplían el rol de organizadores. Por ese motivo, con la finalidad de ascender en la cadena de responsabilidad se realizó un trabajo coordinado entre la Fiscalía Federal N°3 de Rosario y la Procunar con el objeto de profundizar el análisis de los elementos probatorios obrantes en la causa.
Esa labor estableció que Guille Cantero y Leandro Vilches, desde los servicios penitenciarios donde se encontraban alojados -el primero a disposición conjunta de la justicia provincial y la federal, mientras que el segundo solo a disposición del fuero ordinario-, eran los organizadores de la empresa criminal investigada.
Las tareas de investigación, las intervenciones telefónicas y los allanamientos concretados por las fuerzas policiales permitieron determinar que la estructura criminal desbaratada fue orquestada y dirigida desde sus lugares de detención por los imputados Cantero y Vilches, quienes a través de Juan Granelli habrían ejecutado la puesta en marcha de una organización funcional integrada por distintas personas que bajos sus directivas llevaron a cabo la comisión de diversas figuras delictivas contempladas en el artículo 5° inciso “c” de la ley 23.737.
Concretamente, las comunicaciones telefónicas dieron cuenta de que los ahora procesados mantenían permanentes contactos con Granelli, a quien le daban directivas respecto de la comercialización de estupefacientes, como así también se reportaban problemas que surgían con los distintos puntos de venta; esa circunstancia permitió constatar el dominio sobre la logística de la organización.
“Su papel de líderes se revela en el dominio territorial que ejercen con intimidaciones que ejecutan por sí mismos y por intermedio de otras personas y en el conocimiento que tienen hasta del eslabón más inferior de la cadena de tráfico de estupefacientes”, estableció el juez sobre los procesados.