Pandi, el peluche de los Juegos Olímpicos de la Juventud no puede ser vendido en el evento porque su importador intentó hacerlos pasar por otra cosa y le iniciaron una causa por contrabando. El simpático yaguareté figuraba en las tiendas como souvenir a 1500 pesos. Ahora sólo algunos ejemplares son repartidos entre los deportistas pero no hay venta al público, como se estila en este tipo de competencias.
Las irregularidades de la empresa licenciataria, Quiero ver guita SRL, fueron denunciadas por el periodista Ernesto Rodríguez en el portal Ephecto Sport. La empresa hizo figurar los peluches como guirnaldas para no pagar el impuesto correspondiente. Fue la única que se presentó como oferente.
“Lo llamativo de la licitación es que la Ciudad había cotizado cada peluche en un valor de 300 pesos (unos 11 dólares en ese momento), un monto que en el ramo textil suena abultado ya que desarrollar un modelo del tamaño regular en una empresa china y replicarlo en cantidad cuesta no más de dos dólares por unidad”, explicó Rodríguez. La Ciudad, además, había contemplado un montó adicional de un millón de pesos para el armado de los puestos donde iban a venderse los peluches y otros productos de merchandising.