Norma Acosta, la esposa de Miguel “Japo” Saboldi –el primer fallecido en el incendio de la alcaidía–, dijo que el atentado estaba dirigido a ella para correrla de la carrera electoral: se iba a presentar como candidata a concejala por la oposición al intendente Pedro González. Este lunes a la mañana fue a Tribunales a prestar declaración ante la jueza Maria Luisa Pérez Vara y anticipó que le iba a dar los nombres de los asesinos y los montos que recibieron para aniquilar a su marido. En tanto, el Pollo Bassi, uno de los apuntados por la mujer, presentó un escrito en Tribunales a través de sus abogados y se puso a dispósición de la Justicia.
En diálogo con el programa Radiópolis, que conduce Roberto Caferra por Radio 2, Acosta aseguró que apenas llegó a la Jefatura sabía en su corazón que su esposo estaba muerto. Pero descartó que haya sido pura intuición: dijo que lo veía venir a partir de algunas charlas con su difunto marido donde él le había confesado que tenía miedo. No obstante, aseguró que no fue hasta ayer que se enteró quiénes lo ajusticiaron y quiénes y cuánto pagaron para eso. “Me tiraron la cifra y todo”, sostuvo Norma, quien esta mañana le llevó toda la información a la jueza, incluso la forma en la que Saboldi se ganaba la vida para desmentir así sus supuestos vínculos con el narcotráfico. Espera ahora, que sus testigos se animen también a dar su testimonio.
Indicó que el asesino era uno de los presos que responde a Luis Orlando “Pollo” Bassi, “el niño protegido de González” y contó que las otras dos personas que murieron, lo hicieron en el intento de defender a Japo. Además, dio detalles del homicidio: indicó que su esposo no murió por el fuego sino de cinco puñaladas en la nuca y que el motivo fue silenciarla a ella y evitar que disputara una banca en el Concejo villagalvense. “Querían que muera porque yo los denuncié un millón de veces, lo mataron para que yo me calle”, aseveró y agregó luego, en A Diario: "Querían desestabilizarme emocionalmente porque yo me candidateaba".
Consultada sobre la relación de su esposo con el jefe comunal de Villa Gobernador Gálvez, Acosta negó que fueran amigos y fue más lejos: “El gordo González es un siniestro, siempre estuvo involucrado en todas las muertes y siempre sale bien parado”.
Para Norma el intendente maneja un sector de la policía y fue uno de los que dieron la orden de asesinar a su marido; pero descartó que le tuviera miedo y remató: “A mi no me van a tapar la boca con plata”.
Norma Acosta (Radio 2)