Ochenta años después de que se creara el chocolate blanco –la última variación del alimento–, una empresa suiza presentó ruby (rubí), un chocolate rosa.
La variedad, según los especialistas, no es ni dulce ni amargo y se caracteriza por un sabor afrutado.
Alrededor de trece años de investigación fueron necesarios para que Barry Callebaut, líder mundial en la fabricación de productos a base de chocolate y de cacao de calidad superior, pusiera a punto a ruby.
El mismo está elaborado a partir de una variedad de bayas que llevan el mismo nombre debido a su tonalidad rojiza.
La baya rubí es única y se cosecha en diferentes países del mundo entre los que se encuentran Ecuador, Costa de Marfil y Brasil.
Tras el chocolate negro, con leche o blanco esta nueva variedad tiene propiedades específicas conseguidas gracias a un complicado proceso de investigación en el que colaboró la universidad alemana de Brême.
La firma espera que el color (en China el rojo es el color que simboliza la felicidad) atraiga a la clientela asiática ávida en consumir productos que salen de lo habitual.