Murió Juan Carlos Calabró. Tras varios días internado por un problema en su médula que no le permitía producir glóbulos rojos, el actor falleció este martes.
El creador de personajes míticos como Aníbal o El Contra, tenía 79 años. El actor se encontraba en el Hospital Británico de Buenos Aires desde la noche del miércoles 23 de octubre, cuando fue ingresado por un cuadro agravado de su tratamiento de diálisis.
Su última aparición pública había sido en la entrega de los Premios Martín Fierro, cuando El Cala subió a buscar un premio especial flanqueado por su hijas.
El actor, que debía realizarse diálisis periódicas por una insuficiencia renal, atravesaba un delicado estado de salud ligado a complicaciones con su médula ósea que le generaban una anemia de base.
"Él no genera glóbulos rojos por un problema en la médula y eso le provoca la anemia", había explicado su mujer Coca.
Calabró bebutó en radio, a principios de los sesenta, con el programa Farándula y llegó a la televisión en 1962 con la comedia Telecómicos.
Ganó reconocimiento público en esa misma década, cuando participó en teatro con Extraña pareja, y en varias obras en Teatro Maipo, el Teatro Nacional y el Teatro Astros.
Si enmbargo, su gran emblema fue Calabromas. A lo largo de las temporadas incluyó a personajes como “Gran Valor”, a “Johnny Tolengo, el Majestuoso”, y al ingenuo “Aníbal”, que luego pasó al cine en Mingo y Aníbal, dos pelotazos en contra (1984) y su secuela Mingo y Aníbal en la mansión embrujada (1986), en compañía del recordado Juan Carlos Altavista.
“El Contra” fue otro de los personajes que le agregaron popularidad, capaz de liquidar la paciencia de sus invitados, que constantemente se veían confundidos con otros -a veces ni siquiera parecidos- y cuestionados a cada paso.
A lo largo de los años la Asociación de Periodistas de la Televisión y Radio Argentinas (APTRA) lo consagró como actor cómico en 1975, lo incluyó en esa terna en 1990 y un año después le dio el Martín Fierro como protagonista de comedia por Campeones de la vida, que se vio por la pantalla de El Tres
Calabró le tenía pavor a los aviones y por eso nunca salió del país, al que gustaba recorrer en su auto, aun cuando tenía que actuar en Mar del Plata u otros escenarios, en los que el público lo acompañaba gustoso ya que encontraba en él la figura con la que convivía frente a la pantalla chica
Su cartel empezó a crecer con Villa Cariño está que arde (1968), La guerra de los sostenes (1976), dirigida por Gerardo Sofovich, Yo también tengo fiaca y La fiesta de todos (1978), Frutilla (1980) y Abierto día y noche (1981).
También se lo vio en ¿Los piolas no se casan...? (1981), Diablito de barrio (1983, junto a Lorena Paola), Me sobra un marido y Johnny Tolengo, el Majestuoso (1987) y en 2003 actuó en Sangre, a las órdenes de Pablo César, un director de culto.
Como si viera cercano su fin, no hace mucho declaró en un reportaje: “A la edad que tengo, uno piensa en la muerte”, tras dar detalles sobre la anemia que lo acompañaba en sus últimos años y los inquietantes resultados que surgían de sus exámenes médicos.