El gobernador Miguel Lifschitz confirmó este martes que no firmará el nuevo pacto fiscal con Nación porque se opone al impuesto a las ganancias a cooperativasy mutuales y también a la eliminación del fondo sojero. También cuestionó el ajuste económico y medidas como la suba del gas: “No hay que tensar la soga”.
El mandatario socialista adelantó en el programa De 12 a 14 (El Tres) que “por ahora” no suscribirá el segundo consenso fiscal con la gestión de Mauricio Macri, que le habría dado tiempo hasta el viernes para sumarse a los 18 gobernadores que ya lo hicieron. Lifschitz y otros cinco opositores estarían en duda o ya dieron su negativa.
“Hay puntos de ese consenso con los que no estamos de acuerdo. En todo caso cuando el Congreso lo trate podremos firmarlo”, expuso su postura Lifschitz.
Señaló dos temas puntuales que le impiden dar su visto bueno. “El impuesto a las ganancias para cooperativas y mutuales es un tema para nosotros de principios. Es arbitrario e inconstitucional. Rompe con la historia de las cooperativas y mutuales y no aceptamos eso”, argumentó.
El segundo eje del “no” es la eliminación del denominado fondo sojero. En este caso el gobernador fundamentó con cifras: “El ño próximo aportaremos a la Nación 90 mil millones de pesos en retenciones del sector agropecuario y agroindustrial y no vamos a recibir nada a cambio de eso. Santa Fe, sus pueblos y ciudades no van a recibir nada. No lo aceptamos y por eso no hemos firmado ese consenso”.
Lifschitz recordó que la provincia también rechazó la “transferencia” que decretó Nación del pago de subsidios para el transporte y para la tarifa social de energía eléctrica. Dijo que ambos ítems implican 5.000 millones de pesos que Santa Fe no puede cubrir. “Eso va a repercutir en tarifas contra los sectores más vulnerables. No podemos haercnos cargo”, definió.
El ajuste, la soga tensada y el límite
El ex intendente Rosario habló con periodista Sergio Roulier también sobre la crisis económica y social que “recién se está empezando a sentir” con “despidos y suspensiones en empresas que tienen problemas”.
Enumeró, además de la pérdida de empleos, las “retracciones en los comercios” y “la inflación que va limando los ingresos de trabajadores”. “Es una cadena, la recesión es eso: un ciclo que se va a retroalimentando y puede ser aún peor”.
Lifschitz dijo no ve “en el corto plazo” que ese malestar derive en algún tipo de conflicto masivo o estallido. “Veo mucha preocupación y angustia pero al menos en Rosario y Santa Fe hay muchas redes sociales, una presencia del Estado, con márgenes para contener situaciones complejas desde lo social”, amplió.
“Pero con esto no hay que tensar la soga porque siempre hay un límite para medidas de corte recesivo como las que se están implementando. Este gobierno actúa con una gran insensibilidad. Falta percepción del cima social de la economía real. No están midiendo el impacto de este tipo medidas tiene sobre la población, como lo que va a representar la tarifa del gas”, dijo.
Sobre ese costo extra por la suba del dólar, añadió: “También impacta desde lo simbólico, porque a los trabajadores no tienen esa compensación por la devaluación. Son medidas inequitativas, injustas, arbitrarias y generan mucho resentimiento e indignación”.