La jueza de Instrucción Nº 2 de Rosario, Alejandra Rodenas, dictó el procesamiento del policía Germán Almirón y ordenó que Luis Alberto Quebertoque y Rubén Darío Zapata declaren, en el marco de la investigación de la fuga de Juan Domingo Ramírez, presunto sicario de la banda de Los Monos y recientemente recapturado en Goya, Corrientes.

La magistrada resolvió procesar a Almirón por el delito de extorsión. El integrante de la división Judiciales quedó implicado en la huida de Ramírez luego de que su pareja denunciara que lo había extorsionado por teléfono exigiéndole dinero y un auto a cambio de dejarlo escapar de la alcaidia. La mujer pudo reconocerlo fácilmente cuando lo tuvo enfrente.

También ordenó su prisión preventiva y procedió al embargo de sus bienes “hasta alcanzar la suma de diez mil pesos”, precisó.

En tanto, Rodenas dispuso la recepción de la declaración indagatoria de Luis Enrique Quevertoque y Rubén Darío Zapata ante un supuesto incumplimiento de los deberes de funcionarios público por facilitar la huida del delincuente.
Fuga y recaptura

Ayer se conoció que Ramírez se escondía en una precaria vivienda, que habitaba con una mujer, en el paraje rural de Lavalle, a 17 kilómetros de la ciudad de Goya. Salía muy poco, según precisó De los Santos pero, este lunes a las 8.30 , dejó la casa y fue la oportunidad de la Policía Federal para ponerle las manos encima. Se estima que este miércoles deberá prestar declaración en los Tribunales de Rosario, en el marco de la causa que lleva adelante Juan Carlos Vienna por la que procesó en febrero a 36 personas, entre ellas 13 empleados de fuerzas de seguridad en actividad.

Ramírez logró escaparse en enero pasado de la Jefatura, tras ser apresado por integrar la banda de Los Monos que lidera la familia Cantero. Para salir del lugar, habría contado con la asistencia de Almirón, el mismo agente que lo apresó en zona sur, cuando visitaba a sus padres. El mismo policía también, que fue captado en conversaciones con otro preso, en marzo pasado, en lo que el juez federal Carlos Vera Barros consideró un posible plan para atentar contra la vida del juez de Instrucción Juan Carlos Vienna y del fiscal de Cámaras Guillermo Camporini.

Señalado como sicario y encargado de la comercialización en búnkers de Los Monos, Ramírez tenía captura por el homicidio de Luciano Cáceres, un chico de 16 años al que mataron de un tiro en la cara frente a un búnker de drogas de la zona sur el 28 de abril de 2013.