Los fabricantes de bebidas sin alcohol exigen al Gobierno reglas equitativas para las economías regionales de la cadena de valor, luego de que el gobierno nacional anunciara la marcha atrás del impuesto al vino, sin que nada dijera la Casa Rosada sobre el tributo interno a las bebidas azucaradas previsto en el proyecto de reforma tributaria que llegará al Congreso la semana próxima. En ese marco, piden poner el foco en reducir el 30% de evasión en el sector, antes que generar impuestos.
La Cámara Argentina de la Industria de Bebidas Sin Alcohol (Cadibsa) sostuvo que, en lugar de aplicar nuevos impuestos, el Gobierno nacional debería poner el foco en reducir la evasión impositiva en el sector que, advierte, alcanza al 30% y equivale a unos 15.000 millones de pesos al año que el Estado pierde de recaudar.
"Es preciso poner el foco en la evasión impositiva que supera el 30% en la industria y que si se la elimina, significaría una cifra mayor para el fisco de la que planea recaudar con este incremento impositivo al sector formal de bebidas sin alcohol", indicaron fuentes de Cadibsa a Télam.
El Gobierno dio a conocer los detalles de la reforma tributaria que impulsa, entre ellos una modificación del impuesto a las bebidas que hoy tienen una alícuota de entre el 4% y el 8%, y lo llevaría a 0% para aquellas sin azúcar añadido y 17% para las que sí lo tienen.
Uno de los principales actores del sector, la multinacional Coca Cola, avanzó en su crítica al proyecto al deslizar, a través de fuentes de la empresa, que analiza frenar una inversión por US$ 1.000 millones anunciada el año pasado.
"Estamos muy preocupados con la modificación del impuesto a las bebidas sin alcohol", señaló una fuente de la compañía, tras reconocer que en la firma analizan ponerle un freno a las inversiones previstas, que incluyen un desembolso millonario en la compra de jugo de citrus en Entre Ríos, entre otras cuestiones.
El proyecto de reforma tributario que en un primer momento dio a conocer el Gobierno contemplaba también impuestos al vino, al champagne y a la cerveza, rubros sobre que la administración central decidió finalmente quitar del borrador tras las gestiones encaradas por los gobernadores de Mendoza, Alfredo Cornejo, y de San Juan, Sergio Uñac.
En consecuencia, los fabricantes de bebidas sin alcohol también esperan ser excluidos de la reforma y advirtieron que si ello no sucede "resultará claramente discriminatorio contra las economías regionales de doce provincias productoras de azúcar y jugos de frutas".
"Queremos la misma consideración que el resto de las economías regionales que forman parte de la cadena de valor del sector de bebidas sin alcohol", indicaron los voceros de Cadibsa.
En la cámara subrayaron: "Si el motivo real del incremento impositivo está basado en un tema de Salud Pública, ningún producto que contenga alcohol entre sus materias primas debería estar exento de este tributo, sin excepción".
La industria de bebidas sin alcohol genera en Argentina más de 26.000 empleos directos, representa el 0,5% del Producto Bruto del país y sus ventas superan los $ 100.000 millones al año, de los cuales la mitad debería ingresar al fisco.
Sin embargo, como la evasión alcanza al 30%, la recaudación por estas ventas está en el orden de los $ 35.000 millones.
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