“No hay que dormirse en los laureles”, dijo el gobernador Miguel Lifschitz sobre el hecho de que la ministra de Seguridad de la Nación haya puesto a Santa Fe como ejemplo de la baja del delito en el país. Y sostuvo que hay lograr “muchos mejores resultados, todavía hay violencia en muchos barrios; muchos jóvenes que están siempre en el borde o el límite por su condición de falta de oportunidades, lo cual nos compromete también a profundizar políticas sociales”.
En diálogo con el programa Radiópolis, de Radio 2, el mandatario resaltó el trabajo conjunto entre Nación y provincia pero también resaltó el “cambio de actitud” de la Justicia, que avanzó “con muchas causas sin privilegios para nadie”, dando así un mensaje contra la impunidad que “también hace a la seguridad”.
En ese marco, destacó que no sólo se avanzó sobre las bandas sino también contra el “delito de guante blanco”, e inscribió también la investigación que tiene como imputado, por partícipe secundario de homicidio, del abogado penalista Marcos Cella.
De todos modos, opinó que “no hay que estigmatizar a los abogados penalistas” porque “defender a los imputados es parte de su tarea y muchos lo hacen con ética y profesionalidad”. Pero al mismo tiempo advirtió que “hay casos en los que el profesional, puede ser abogado, contador, empresario, está directamente vinculado a las organizaciones delictivas y colaboran con ella para que tengan impunidad y puedan blanquear dinero”.
Además, negó que haya habido intromisión del Ejecutivo por ejemplo en el hecho de que el ahora liberado Cella haya sido alojado en su momento en la cárcel de Piñero, en un lugar que el abogado consideró no adecuado. “Son los fiscales y jueces los que determinen los lugares de detención”, afirmó.