El día después de un debate televisivo de candidatos es tan importante como el evento mismo. Los padres lo comentan en el ingreso del colegio de los hijos, es el motivo de discusión en los bares en un lunes sin fútbol, la amplia cobertura de los medios de comunicación, las menciones de otros medios sobre los que no estuvieron en el debate, y los comentarios y menciones que hacen los políticos de lo que fue el gran cruce ante las cámaras. Lo que se habla del debate, las encuestas sobre si cambia el voto y las polémicas sobre hubo ganadores y perdedores. Esto forma parte de un debate. Por eso es tan importante y de enorme trascendencia.
El debate de los cinco candidatos a concejales de los frentes políticos más votados en las Paso fue intenso y dejó varias frases destacadas de los participantes que resuenan más en las repeticiones. No hubo cruces ni refutaciones cara a cara. No lo quisieron la mayoría de las fuerzas políticas cuando se consensuaron los criterios metodológicos y de organización. Pero resultó beneficioso para las estrategias de los que participaron de la convocatoria.
Roberto Sukerman, del Frente Justicialista, apeló a la impronta que lo hizo sobresalir en el debate de 2015 cuando se disputaba la Intendencia. Con duros cuestionamientos hacia la gestión nacional y municipal, el ex jefe de Ansés lució una amplia gama de recursos de no verbales como ilustraciones y datos reflejados en placas que fue mostrando a lo largo de las dos horas de debate, sin dejar de apelar al tono firme y una exposición que parecía casi sin libreto.
Claro, este año tuvo enfrente a Roy López Molina, de Cambiemos, que no se amilanó con los dardos que venían de ese costado y respondió a las críticas cuando quiso. Se animó a castigar la gestión de Mónica Fein, hizo énfasis en propuestas y proyectos, y hasta se dio el gusto de leer un listado de obras que la Nación ejecuta en Rosario pasándose del tiempo asignado en el único momento donde los moderadores debieron llamar la atención por ese motivo.
Pablo Javkin, del Frente Progresista, se mostró sólido y con una estrategia ofensiva hacia el kirchnerismo y macrismo, y una contraofensiva de la gestión socialista poniendo como escudo a la ciudad. Pese a cierta disfonía, el secretario general del municipio echó mano a sus años de experiencia como militante universitario animador de calurosas asambleas y controló los lógicos nervios de semejante nivel de exposición.
Daniela León, de 1ProyectoSantafesino, tuvo en claro desde entrada que su objetivo era desmarcarse del oficialismo local con cuestionamientos a la gestión mediante fotos, datos e historias de vecinos afectados por la falta de servicios e infraestructura.
Eduardo Trasante, de Ciudad Futura, fue el más pausado, reflexivo y firme en sus palabras. No simuló leer párrafos de sus alocuciones y aprovechó al máximo la suerte en el sorteo de cerrar el debate: mostró una foto de la ametralladora que mató a uno de sus hijos, en uno de los momentos más intensos del domingo a la noche. El pastor hizo gala de su experiencia en la escena pública, no entró en discusiones y no se movió de su objetivo: visibilizar la propuesta de Ciudad Futura.
Lo que no se vio del debate
El papel de los asesores fue fundamental en la preparación para el debate. Los cinco trabajaron los días previos en ensayos y elaboraciones de exposiciones y réplicas.
Sukerman apeló al consultor rosarino Lucio Guberman –como lo hizo en 2015– y en una bolsa de plástico trajo infografías, datos y hasta la foto de Santiago Maldonado. Le faltó mostrar su número de teléfono celular –lo hizo en las entrevistas posteriores–, algo que le dio mucho rédito hace dos años. Veremos cómo le va en esta elección. Estuvo acompañado por su compañera de lista Norma López y los candidatos a diputados nacionales Agustín Rossi y Alejandra Rodenas. Llegaron todos juntos y se fueron igual.
Lopez Molina, fiel a la lógica PRO, vino acompañado de un joven grupo de asesores que ya viene trabajando desde tiempo con el hoy diputado provincial. Ordenó sus apuntes en el atril y pareció no moverse ni un milímetro de lo agendado para decir. Tuvo una activa participación de sus seguidores en las redes sociales
Javkin tuvo el apoyo de los concejales Verónica Irízar y Enrique Estévez, el secretario de Hacienda municipal Santiago Asegurado, y afuera del set con la visita institucional de la intendenta Mónica Fein. Se preparó con un grupo de trabajo que incluyó a un reconocido consultor cordobés y profesionales rosarinos que conocen muy bien el manejo televisivo y auscultan el estado de ánimo de la ciudad.
León fue acompañada en el set por su hija María, quien hace los primeros pasos de una carrera que le viene en la sangre. La presidenta del Concejo Municipal se asesoró con dos destacados consultores foráneos que le imprimieron un sello a su campaña cercana a los vecinos y a las recorridas en los barrios. Por eso mostró fotos y apeló a las historias mínimas más que sus contrincantes.
Trasante tuvo el aguante de los concejales Juan Monteverde y Pedro Salinas quienes, fieles asistentes como si fuera un boxeador, oxigenaron y dieron aliento al candidato. La oficina de campaña del espacio fue el lugar de trabajo en una previa austera sin apelar a cuestiones de couching o media training. También tuvo destacado movimiento en las redes y comentarios de sus seguidores.
Las luces se apagaron y se acallaron las voces. Mientras el trabajo sigue hoy para el próximo domingo con el debate de candidatos a diputados nacionales. Bienvenidos los debates.
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