Lo hizo en 2015 cuando peleó por la intendencia rosarina y lo volvió hacer este domingo. Durante el debate de candidatos a concejales que organizó Televisión Litoral, Canal 5 y Multimedios La Capital, Roberto Sukerman repitió la estrategia de los carteles que usó en el debate 2015 entre los aspirantes al Palacio de los Leones. Pero esta vez sus rivales le copiaron y también trajeron preparados algunos afiches. Todos menos el candidato de Cambiemos, Roy López Molina.
A sus turnos, Pablo Javkin (Frente Progresista), Eduardo Trasante (Ciudad Futura) y Daniela León (1Proyecto santafesino) mostraron carteles para reforzar sus posturas. Sukerman lo hizo apenas se presentó, y con una imagen del Monumento y el Obelisco preguntó al electorado qué cambio quiere: ¿uno porteño o uno rosarino?. Primer palo al candidato macrista.
El ex concejal kirchnerista también levantó una foto del rostro de Santiago Maldonado, el joven desaparecido en una manifestación en Chubut en la que intervino Gendarmería. Fue durante el tercer tema “Seguridad y control”, donde recordó el clamor de hace unos años por el envío de gendarmes y las sospechas que pesan ahora sobre la fuerza .
Junto con León, fueron los candidatos que más carteles mostraron. La actual presidenta del Concejo se cansó de mostrar fotos de obras a medio hacer, parques descuidados y hasta ratas. Se dirigía al electorado de los barrios, sin perder tiempo en sumarse a un intercambio en el que no le daban cabida. Y es que los cruces, con carteles incluidos, se concentraron entre Sukerman, Javkin y López Molina.
Los dos primeros atacaron al candidato amarillo por las políticas del gobierno nacional que, señalaron, repercuten en el acceso a la salud, en la estabilidad de los puestos de trabajo, en el poder adquisitivo y que discrimina recursos según el color político. “Más que Cambiemos, Hambriemos”, chicaneó Sukerman; concepto que Javkin reforzó con una foto de una polémica reciente: el reparto de chapas y colchones de parte del PRO en la zona del cordón Ayacucho.
Por su parte, Trasante actuó como León y tampoco intentó llamarle la atención a ninguno de sus rivales. Ayudándose de sus apuntes, a los que se lo veía volver una y otra vez, le habló al vecino preocupado por la inseguridad, al que pierde tiempo manejando entre el caos de tránsito, al que el taxista le dice que hasta su casa no lo lleva porque tiene miedo que lo roben.
De todos, su cartel fue quizá el más impactante. Al momento de las conclusiones alzó una imagen de una ametralladora, la misma, aseguró, con la que mataron a su hijo Jeremías, una de las víctimas del triple crimen de Villa Moreno, y se preguntó cómo es posible que una persona pueda andar por la calle con semejante arma de guerra.
¿La estrategia de los carteles llegó para quedarse?