La vacuna antigripal no funciona correctamente en todos los pacientes, e investigadores australianos descubrieron el motivo, el cual podría señalar el camino para desarrollar herramientas sumamente precisas en el combate de este virus.
Científicos de la Universidad de Melbourne compararon las respuestas a la vacuna contra la gripe en las personas que desarrollaron inmunidad y en las que no, y determinaron que si la inmunización no estimula a tres tipos específicos de células, tiene menos efecto.
De acuerdo al trabajo, publicado en la revista Science Translational Medicine y reproducido por Doc Salud, hallaron que si el producto no estimula a las células T auxiliares foliculares, las B de memoria y las secretoras de anticuerpos, el paciente es vulnerable al virus gripal.
A esta conclusión llegaron luego de analizar muestras de sangre de 35 adultos sanos en varios momentos durante un período de tres años después de la inmunización.
Una semana después de la vacunación, observaron un marcado aumento en las células B productoras de anticuerpos programadas para luchar contra componentes específicos de las vacunas contra la gripe del año correspondiente.
Después de un año, las células B específicas de la gripe ya no se detectaban en la sangre. Ante esto, los investigadores analizaron tejidos de donantes de órganos fallecidos, y eso les permitió rastrear células B de memoria (antiguas) en los pulmones, amígdalas, bazos y ganglios linfáticos.
De este modo concluyeron que la migración de células B específicas de la gripe a diferentes tejidos, podría tener implicaciones para la ruta ideal de inoculación, siendo la vacunación intranasal aparentemente más efectiva que las típicas inyecciones.