Los médicos establecen que los 35 años marcan un quiebre en la salud reproductiva de la mujer. A partir de esa edad aumentan considerablemente los riesgos al momento de un embarazo, y suben las chances de tener que recurrir a cesárea o a fórceps. Tras largas investigaciones los científicos han descubierto el motivo.
Investigadores del King’s College de Londres (Reino Unido) estudiaron los cambios fisiológicos y celulares asociados con la edad de la madre y su vínculo con partos disfuncionales a través de ratones de diferentes edades.
Los autores se centraron en los músculos del útero y del cuello uterino –o cérvix–, y lo que vieron es que la capacidad de contracción de estos músculos era mucho menor en las hembras de mayor edad que en las más jóvenes, según consignó la revista especializada «The Journal of Physiology» y reprodujo el sitio ABC.
Por otro lado, se comprobó que los ratones más longevos tienen menos sensibilidad a la oxitocina –hormona que induce y acelera el parto– y un menor número de mitocondrias – responsables de dotar de energía a las células– en los músculos del útero, lo que explica el motivo por la menor capacidad de contracción.
Además, se detectó en las hembras adultas mayores niveles de progesterona, que provoca partos más prolongados. Tras estos descubrimientos, los investigadores concluyeron que el paso de los años modifica la fisiología del útero de forma tal que aumenta el riesgo de complicaciones durante el parto.
No obstante aclararon que las pruebas se hicieron hasta ahora con ratones, y faltan estudios con personas. El objetivo es reunir información que permita en un futuro tener partos exitosos en mujeres más longevas.