Una mujer que llamó a un servicio de emergencias médicas la semana pasada para que atiendan a su madre de 79 años, recibió como respuesta que debía esperar 48 horas por la alta demanda de la época.
Desesperada, decidió llamar a Radio 2 para dar a conocer la situación e inmediatamente otros usuarios de empresas de urgencias indicaron que atravesaron episodios similares en las últimas semanas.
Desde el sindicato de profesionales de la salud, expresaron que los servicios privados de atención dominiciliaria deberían contratar más personal en temporada invernal y lamentaron la falta de respuestas.
El caso
Maricel llamó para pedir una ambulancia para su madre de 79 años, que se encontraba atravesando un cuadro respiratorio y no podía ser traladada a un centro médico.
“Ella está postrada en una cama, no puede caminar porque atravesó varios ACV, es hipertensa y no tenemos otros medios para trasladarla a algún lugar”, expresó la hija en diálogo con el programa Pegando la vuelta.
“Hace 48 horas que estamos esperando una ambulancia de Previnca Salud y dicen que están saturados”, detalló la mujer y añadió: “Esto es un abandono de persona”.
La cámara de empresas de servicios de emergencias habían adelantado semanas atrás que por la alta demanda tenían demoras de hasta 7 horas. Sin embargo, varios oyentes de Radio 2 expresaron que la espera, en algunos casos, alcazó a superar un día.
Fernanda Boriotti, secretaria general del Sindicato de Profesionales de la Salud (Siprus) reconoció que “es una época de alta demanda en efectores y en servicios de emergencia” pero consideró que “las empresas de servicios privados tendrían que prever una mayor disponibilidad de personal”.
“Llama la atención la espera de 48 horas de una ambulancia”, aseguró.
La representante del sindicato de trabajadores de la salud dijo que “la mayoría de los recursos humanos que se desempeñan en servicios de emergencias son trabajadores en situación precaria” porque “si no cumplen con la cantidad de visitas que pide la empresa, corre riesgo su trabajo”.
“Los profesionales terminan en un estado de agotamiento psíquico y físico que impacta en el trabajo”, agregó.
También Boriotti dijo que “el Estado no hace los contralos que tiene que hacer, excepto que haya denuncias de los usuarios”.
“La salud se ha convertido en un gran negocio en el sector privado y no hay controles para garantizar el derecho a la salud que tiene la población”, concluyó.