La presidenta Cristina Kirchner anunció este miércoles el envío al Parlamento de un proyecto que limita la posibilidad de que extranjeros compren y, a la vez, convocó a la CGT y a la UIA para la semana que viene, en lo que puede interpretarse como un relanzamiento del pacto social que impulsó al principio de su mandato y que terminó naufragando por el conflicto con el campo. En ese marco, pidió a los sectores sindicales a moderar sus reclamos y a los empresarios a ser más generosos con su “excelente rentabilidad” para que la conflictividad “no arruine” el modelo. Ese, dijo, sería hoy el mejor homenaje al padre de ese modelo, Néstor Kirchner, al cumplirse seis meses de su muerte.
El discurso en cadena que la jefa del Estado pronunció desde el Salón de las Mujeres de la Casa Rosada tuvo dos partes: en la primera hizo el anuncio del proyecto, que limita a mil hectáreas la cantidad de tierras que pueden comprar los extranjeros en la Argentina. La idea, dijo, apunta a la “protección de un recurso estratégico no renovable”, y se anticipó a posibles críticas: explicó que esto quiere decir “conservar (la tierra) en el dominio nacional, no digo estatal”.
Con este proyecto, el gobierno acerca un poco más posiciones con algunos sectores del campo, como la Federación Agraria, que hace rato piden medidas contra la extranjerización de tierras.
Pero la parte acaso más jugosa políticamente fue la segunda, para la que, claro, un mejor vínculo con el campo es funcional: el relanzamiento del pacto social, que justamente se frustró a comienzos de su gestión a partir del conflicto con el sector agropecuario.
No fue un relanzamiento con bombos y platillos. Empezó como si fuera un comentario al pasar de la presidenta, que en medio del anuncio de la ley y cuando exponía cifras sobre el crecimiento de la economía y el avance del salario real, avisó a la nueva cúpula de la Unión Industrial Argentina (con una referencia explícita a Ignacio de Mendiguren, presente en el act) y a la conducción de la CGT que iban a ser convocados para una reunión en la Casa Rosada la semana que viene.
“Es necesario articular un diálogo y hacerlo en el marco de la política con números en la mano. Nada le interesa más a esta presidenta que seguir creciendo y que el modelo sea ampliamente sustentable”, sumó Cristina.
Y luego fortaleció el concepto trayendo en el recuerdo a Néstor Kirchner, que “una mañana como esta, hace seis meses, partió”, pero que además otro 27 de abril, pero de hace ocho años, compitió como candidato a presidente para luego convertirse, desde el gobierno, en padre de este modelo.
“Hoy estamos hablando de las cosas que hemos hecho y que parecían increíbles hace ocho años. Por eso es mucho lo que el país ha avanzado. Pero me desvela que este inmenso esfuerzo colectivo y también personal y hasta familiar no caiga en saco roto”, afirmó, para luego apuntar a lo que aparece como primer objetivo del relanzado pacto social: bajar el nivel de conflictividad.
El ejemplo elegido fue el conflicto petrolero en Santa Cruz. “La conflictividad no puede arruinarnos el modelo. No se puede perder luego de 24 días de huelga 300 millones de dólares, y ni siquiera por un reclamos salarial sino por una cuestión intersindical”, afirmó.
Para la presidenta, es necesario por parte de los gremios un “replanteo sobre cómo abordamos los problemas surgidos del conflicto social y la puja por la distribución del ingreso”. Pero también reclamó responsabilidad “a los empresarios que han obtenido una excelente rentabilidad”.
En ese marco, también defendió la participación del Estado en los directorios de grandes firmas de las que es accionista a partir de los fondos de la Ansés recuperados tras las estatización de las AFJP. “Todos tenemos que poner algo para que esto funcione; es imprescindible. Nos encanta que las empresas tengan responsabilidad. Por eso las ayudamos, por eso decidimos apostar a ser parte de importantes empresas argentinas, para ayudarlas a que tengan mayor grado de rentabilidad”, enfatizó.
Cristina remarcó que el crecimiento, la recuperación de la Argentina, “Hoy no es un sueño, es una realidad que tenemos que fortalecer y ampliar. Tiene que ser más amplio el universo de los que compartan (los beneficios de) este modelo, que no tiene una marca partidaria sino Argentina”. Y entonces, volvió a hablar de Kirchner: “Ese es el mejor homenaje que le podemos hacer a quienes se atravieron contra viento, marea y contra mucho más, como la difamación”.