El pensamiento visual es un método utilizado para procesar información o pensamientos mediante dibujos o imágenes en general, sosteniendo el mismo nivel de profundidad. En entornos educativos implica la traducción de información escrita o hablada en imágenes, o bajo la forma de conectores gráficos acompañados ocasionalmente de palabras para facilitar su comprensión.
Este método ha ganado gran popularidad a partir de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y la audiovisualización informativa de internet, según consignó Aula Planeta.
El pensamiento visual se basa en que los seres humanos accedemos a una parte importante de la información que nos rodea a través del sentido de la vista, algo que se ve reforzado por la facilidad con la que una imagen nos retrotrae a aquello que representa de forma mucho más efectiva y rápida que la palabra escrita.
Fue en 1988 cuando el responsable de educación del Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York se alió con la psicóloga cognitiva Abigail Housen, estudiosa del desarrollo del pensamiento estético, para diseñar un programa para estudiantes y visitantes del MoMA. Luego se fueron sumando nuevos museos para elaborar un primer esbozo de lo que terminaría siendo Visual Thinking Strategies.
En 1994 crearon la Visual Understanding in Education (VUE), cuya finalidad era la de extender la investigación en educación artística basada en el desarrollo desde un sentido cognitivo y evolucionista. Esta metodología llegó a todo el mundo a partir de 1998. Se compone de cuatro acciones consecutivas, que completan todo este proceso:
- Mirar: contemplar la información disponible, recopilándola en todos sus aspectos visuales a nivel general.
- Ver: seleccionar las zonas más interesantes de esa información recopilada.
- Comprender: a partir de los elementos escogidos, debemos entender los patrones que los vinculan entre ellos. Este paso es especialmente importante, ya que de él depende que el pensamiento visual cumpla con su función y no sea una mera traducción a imágenes de ideas desvinculadas las unas de las otras.
- Compartir: se ofrece la pauta al resto de compañeros, comprobando si efectivamente esta funciona y puede ser utilizada por otras personas.
Cómo aplicar el Pensamiento visual en el aula
- Sintetizar y ser ordenados: una inadecuada plasmación visual de un concepto sencillo sobre papel puede ser peor que no haber empezado a aplicar los principios del pensamiento visual. Elegir las ideas principales de lo que quieras explicar y, a partir de ahí, expandilas en otras secundarias aunque sin demasiada exhaustividad.
- No preocuparse excesivamente por la calidad del dibujo: debe servir a su propósito, con lo que debería resultar entendible pero, más allá de eso, su calidad gráfica y/o estética solo tiene un valor si así resulta atractiva a sus usuarios potenciales. Se recomienda usar una paleta de colores que destaque los elementos más importantes.
- Escuchar a los alumnos: conocerlos implica también saber qué códigos visuales pueden resultarles más convenientes para sus respectivos aprendizajes. Hacerlo de este modo también les enseñará a pensar de forma más visual, promoviendo su capacidad para condensar conceptos a partir de apuntes visuales.