Se extrañan las gambetas de Ezequiel González por Arroyito. Desde que se fue, Central no volvió a gozar de un enganche clásico de su categoría. Equi vivió dos etapas con la casaca auriazul: la primera, desde 1997, cuando irrumpió casi en sociedad con Iván Moreno y Fabianesi, hasta 2001, cuando se fue a Fiorentina; la segunda, en 2003, tras su fugaz paso por Boca. Y ahora, parece que podría haber una tercera…

González está en Panathinaikos de Grecia desde 2004, año en el que ganó allí la doble corona (Copa y Liga del país) y disputó la Champions League, pero no atraviesa un presente feliz. Lejos de su mejor nivel, y con poca actividad a raíz de una doble rotura de ligamentos cruzados, además se peleó con el técnico y todo conspiró contra su normal desenvolvimiento en el equipo verde. De hecho, y pese a que aun debe cumplir un año de contrato, la dirigencia le sugirió que se busque otro destino. ¿Rosario, tal vez?

Ezequiel se muere por volver y tiene respeto por la actual conducción del club, y para la Comisión Directiva canalla, Equi es algo más que un sueño. Enterados del mal momento del futbolista, gestionaron y consiguieron una reunión con el abogado que representa al 10, Cristian Lebihán. Y en ese encuentro, que se produjo este miércoles, el asesor legal de Central, Manuel Usandizaga, logró un importante avance en el “operativo regreso”: se aseguró la prioridad ante cualquier oferta que aparezca en las oficinas del Panathinaikos.

¿Cómo es eso? Sencillo: si, como ha trascendido, algún club de Inglaterra o uno de Grecia está interesado en Ezequiel y hace una oferta formal, Central será consultado sobre sus posibilidades de empardar ese dinero. La dificultad radica en que la diferencia monetaria juega a favor de las entidades europeas, que tienen una moneda mucha más fuerte y mayor disponibilidad de recursos en ese aspecto. Pero, al menos, el Vasco y su gente tendrán la última palabra.

El que quiera llevarse ahora a González tendrá que negociar duro, ya que el contrato estipula que por el año restante de vínculo le corresponden al jugador un millón quinientos mil euros. Cuesta imaginar que la tesorería de Central se abra para sacar semejante monto, y no es factible que el jugador resigne una cantidad de dinero tan significativa. Un préstamo luce prácticamente inviable ya que no se modificaría el costo de la cesión, pero la esperanza es lo último que se pierde. Las horas que transcurrirán en las próximas semanas echarán luz sobre las reales posibilidades de observar, en vivo y en directo en el Gigante, al armador de pecho inflado y notable pegada.