El camarista Carlos Carbone revocó el sobreseimiento de cuatro policías investigados por la desaparición de la sanlorencina Paula Perassi. Están acusados por los delitos de sustracción y destrucción de pruebas y falsedad ideológica de instrumento público. Permanecerán en prisión domiciliaria.
En una resolución de cinco páginas, Carbone revocó el sobreseimiento de Gabriel Godoy, Jorge Krenz, María José Galtelli y Aldo Gómez, policías de San Lorenzo que habrían hecho desaparecer material probatorio para entorpecer la investigación y encubrir el crimen, con el fin de desviar la atención de los principales acusados: el empresario Gabriel Strumia (amante de Paula) y el comisario Adolfo Daniel Puyol, acusados de aborto seguido de muerte y privación ilegítima de la libertad.
Entre las pruebas que desaparecieron hay un casette con la grabación de una llamada telefónica realizada desde la finca de Strumia cuando estaba intervenida la línea telefónica. En ese audio, que fue escuchado por los padres de Paula, la voz de una mujer clama por ayuda. Sin embargo, ellos aseguraron que la persona que estaba del otro lado de la línea no sonaba como su hija.
Otros hechos en que tuvieron responsabilidad los policías son: la ausencia de una carta dirigida a Darío Ortiz (amigo de Strumia) firmada por la víctima, la tardanza en conseguir la filmación de un locutorio donde fue hecha una llamada telefónica de importancia (que hubiera servido para develar o no la presencia de algunos de los coimputados), y hasta el rastrillaje desencadenado por el testimonio de Roxana Michl (esposa de Strumia) y su hijo menor, que aseguraron haber visto a la joven desaparecida en un garita de espera de colectivos.
El rastrillaje tuvo como resultado el hallazgo de ropas pertenecientes a Paula, las que según el fiscal fueron plantadas y que para el juez “puede ser el fruto de una maniobra prefabricada para enlodar la investigación contra los sindicados por los delitos en contra de Paula Perasi y en la cual pudo inmiscuirse personal policial para tal armado”.