Llegás al bar o al restaurante. Primero pisás un trapo húmedo con lavandina. Después otro seco. El próximo paso es dar tus datos personales: nombre y apellido, DNI, teléfono de contacto, domicilio real.
Así será ingresar a un local gastronómico de Rosario si, como esperan los empresarios del sector, el 8 de junio se les permite reabrir sus puertas al público. El Tres hizo un informe en el que simuló la situación.
Una vez adentro del bar, que podrá funcionar a 50 por ciento de su capacidad habitual, al cliente o al grupo de clientes se le asignará una mesa previamente sanitizada, al igual que todos los utensillos, podrá hacer su pedido, sacarse el barbijo y disfrutar de la comida y la bebida.
Los empresarios del sector defendieron la necesidad de pedir los datos de los clientes para que, en caso que se produzca algún caso de coronavirus, tener un registro y poder encontrar a todas las personas que pasaron por el local.
Ahora, esperan que llegue finalmente la autorización que tanto esperan que, entienden, dependerá de que no se produzcan nuevos brotes de coronavirus en la ciudad y del resultado de la experiencia de Mendoza, que ya reabrió bares y cuyo mercado gastronómico tiene una dimensión parecida a la de Rosario.