Una señal que desconcertó a los investigadores durante casi cinco décadas desde su descubrimiento podría estar relacionada con una estrella con un campo magnético un billón de veces más fuerte que el de la Tierra.
El astrónomo Jerry Ehman quedó tan sorprendido cuando encontró la anomalía en agosto de 1977 que garabateó la palabra "¡Guau!" en la impresión, y el nombre se quedó. Mientras los investigadores continúan debatiendo sobre la fuente de la señal, un equipo cree que puede haber identificado el porqué de la misma, según publicó el medio británico The Sun.
Una investigación enviada a arXiv el 16 de agosto presenta una nueva hipótesis: la señal "¡Guau!" es el resultado de la colisión de una nube de hidrógeno y una explosión de radiación. Un equipo dirigido por Abel Méndez de la Universidad de Puerto Rico en Arecibo se esforzó por conectar los puntos entre la señal y emisiones similares detectadas en los últimos años.
"Nuestras últimas observaciones, realizadas entre febrero y mayo de 2020, revelaron señales de banda estrecha similares cerca de la línea de hidrógeno, aunque menos intensas que la señal Wow!", escribió Méndez.
With its main reflector measuring more than 300 feet across, the so-called "Big Ear" swept the skies for years looking for radio signals from other worlds. And in 1977, it picked up what some believed was an alien radio transmission.
— Brian Roemmele (@BrianRoemmele) March 10, 2024
Known as the "Wow!" signal, this 72-second… pic.twitter.com/Pfq4RIa6ZT
Aunque la señal original duró sólo 72 segundos, fue innegablemente potente. La ráfaga de ondas de radio se midió cerca de 1420 MHz, que es la frecuencia generada por un cambio en el estado energético de los átomos de hidrógeno.
Los científicos especularon que la señal "¡Guau!" podría ser utilizada por los extraterrestres para indicar su presencia. Pero la señal no se movió, descartando la posibilidad de un satélite, y no se repitió como podría hacerlo una transmisión deliberada, sin mencionar que muchos objetos estelares emiten ondas de radio con una longitud de onda de 1420 Mhz.
Es poco probable que los extraterrestres utilicen un mecanismo de este tipo para señalar su presencia, entonces se preguntaron ¿Qqé podría ser? y entonces los investigadores revisaron datos de archivo en busca de breves emisiones de ondas de radio de banda estrecha de frecuencia similar a la señal "¡Guau!".
Limitaron sus hallazgos a cuatro lecturas en la dirección de una enana roja llamada Estrella de Teegarden. Si bien las frecuencias no coincidían exactamente, eran lo suficientemente similares como para obtener información sobre el origen de la señal "¡Guau!".
Las señales cerca de la estrella de Teegarden están asociadas con nubes de hidrógeno frío que flotan entre las estrellas. Un destello de radiación que viaja a través de una nube de hidrógeno frío podría ser suficiente para generar un láser de microondas.
Los científicos plantearon entonces la hipótesis de que la intensa concentración de luz en la línea de hidrógeno podría aparecer como la señal "¡Guau!" desde la distancia. Una explicación alternativa podría ser un magnetar. Esta palabra aterradora describe un poderoso objeto estelar: una estrella de neutrones con un fuerte campo magnético.
Los magnetares son conocidos por sus potentes explosiones de rayos X y rayos gamma, que se cree que son causados por la reorganización de sus campos magnéticos.
Se relacionaron con ráfagas de radio rápidas, otra señal que desconcertó a los científicos durante mucho tiempo. El culpable podría ser un tipo específico de magnetar, llamado repetidor gamma suave, que emite radiación periódicamente.
Los científicos planean continuar su investigación, revisando años de datos para descubrir los secretos del universo.