Amnistía Internacional publicó una carta abierta dirigida a las presidencias de Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Paraguay y Perú, en la que las exhorta a que "intensifiquen sus acciones para extinguir los incendios forestales, redoblen sus esfuerzos para abandonar los combustibles fósiles y transformar el modelo actual de agricultura industrial, protejan los territorios de los Pueblos Indígenas y ofrezcan garantías a las personas defensoras del medioambiente".
El pronunciamiento se da en respuesta a los incendios sin precedentes que azotan a Sudamérica, con varios millones de hectáreas ardiendo en la cuenca del Amazonas y en otras partes del continente.
La ONG acusó directamente a Argentina por la aplicación de una estrategia energética que depende excesivamente de los combustibles fósiles, al tiempo que se siguen emitiendo permisos de exploración de petróleo y gas.
En agosto y septiembre de 2024 se registró un récord de incendios en el continente, con varios millones de hectáreas ardiendo no solo en las selvas tropicales de la cuenca amazónica, sino también en diversos ecosistemas que se extienden por países enteros, como en Argentina, donde las autoridades informaron por lo menos de 91,540 hectáreas quemadas por cientos de incendios en lo que va del año.
La ONG advirtió que, si bien varios gobiernos de la región respondieron con medidas de emergencia, la crisis actual es sintomática del fracaso de las autoridades para implementar medidas estructurales, oportunas y eficaces para combatir la crisis climática, que alcanzó proporciones alarmantes y amenaza con generar consecuencias irreversibles.
Denunció que los gobiernos tuvieron años para evitar estas consecuencias desastrosas, pero, por el contrario, muchos persistieron en aplicar políticas climáticas regresivas.
El hecho de que la quema de combustibles fósiles sea la principal causa del cambio climático es ciencia consolidada desde hace décadas.