Rosie de High Wycombe, Buckinghamshire, Reino Unido,perdió a su esposo Robert en enero de 2022, luego de que éste sufriera un derrame cerebral. Después de su muerte, una amiga se mudó para apoyarla, pero trajo consigo a su mascota, la serpiente Ruslana, una pitón de dos metros. Tiempo después, Rosie tampién terminó teniendo una.
Rosie había estado aterrorizada por las serpientes desde que era una niña y originalmente no estaba contenta con la idea de que una viviera en su casa. Pero ella accedió a regañadientes, con la condición de que a Rachel no se le permitiera sacar a la serpiente de la jaula cuando estuviera en casa.
Rosie, una enfermera jubilada, dijo: "Mi madre siempre tuvo miedo y asco por las serpientes. Ni siquiera iba a verlas al zoológico, y cuando era niña sentía que no eran animales que fueran muy amigables. Mi difunto esposo solía perseguirme por el jardín con gusanos lentos que tampoco ayudaban".
Al mudarse con ella Rachael, su amiga, llevó su serpiente, y "originalmente yo estaba aterrorizada. Le prohibí que la sacara de su jaula mientras yo estaba en la casa, hasta que pensé 'tengo que controlar esto'", comnetó.
Después de algunas semanas, Rosie comenzó a interactuar con Ruslana y a hablarle a través del cristal. La mujer se sintió cada vez más cómoda, hasta que la idea de abrazarla ya no la aterrorizaba tanto y el mes pasado, Rosie accedió a visitar un centro familiar de reptiles con Rachel, que estaba cerrando.
La pareja solo fue a comprar ratones para Ruslana, pero allí, Rosie conoció a Amun-Ra, una pitón birmana de 2,7 metros que necesitaba reubicación.
Rosie dice que sintió una conexión instantánea con el reptil que era demasiado fuerte como para ignorarlo, y lo adoptó allí mismo: "Después de educarme sobre cómo tener serpientes como mascotas, he llegado a comprender que son malinterpretadas y, a menudo, retratadas de manera negativa".
"Él confía en mí para alimentarlo y asegurarme de que esté bien, y me ayudó a lidiar con la pérdida de mi esposo, viene y se sienta conmigo viendo la televisión y se desliza hasta mi estante de libros. Le encanta pasear por el salón", agregó.