Antes que los billetes de $2 salieran de circulación legal, Emiliano Sacco con su familia los ahorraban en un cajón con el objetivo de destinarlo luego a la compra de materiales para el arte. “Con la inflación que hay me parece que los vamos a tener que usar para otra cosa porque no vamos a llegar a comprar nada”, bromeó un día su padre, sin saber que el chiste se haría realidad. “El cajón quedó lleno de billetes que ya no servían, entones hice el primer cuadro que fue un pájaro y lo llamé El Vuelo de Bartolo, un poco continuando el chiste de mi papá. Pero tuvo mucha repercusión y ahí empecé a pensar seriamente el concepto de la obra”, contó el artista a Rosario3.
“En ese momento se empezó a generar esto de jugar con los próceres históricos que tienen los billetes y los próceres populares nuestros, y decidí arrancar por los del fútbol”, recordó los comienzos de la serie de cuadros que lo tienen ocupado desde la pandemia y que llamó Próceres. Maradona hecho con billetes de $5 fue el que le siguió al primer pájaro de prueba, luego vinieron el Trinche Carlovich, Messi y un recién terminado Di María. El próximo ya está en pleno proceso productivo y será Maxi Rodríguez.
“Todas son imágenes conocidas que elijo en base a lo que se quiere comunicar: la de Diego es que está cantando el himno en el Mundial de Italia 90, la de Messi es cuando estaba con barba y fue tan criticado que casi deja la selección, la del trinche es su imagen histórica y la de Ángel es la de su celebración de los goles con el corazón hecho con sus manos que espero que la veamos mucho en el mundial”, se entusiasmó el escultor.
El proceso productivo por el que atraviesa Sacco empieza por elegir la imagen y luego bocetar y pasarlo a esténcil. Luego empieza la tarea de hormiga de empezar a detectar colores y formas en los billetes, para luego recortar y pegar. “El billete te sorprende, uno descubre colores, piezas, detalles y cosas que a pesar que lo tuvimos un montón de tiempo en la mano no lo veíamos. A la gente le pasa, por ejemplo en la imagen de Diego, que se preguntan dónde el billete de $5 tiene tanto color violeta, y si, está. El billete te regala un montón de detalles que uno no tenia en cuenta y que son súper valiosos”, aseguró.
Acerca del tiempo empleado, Sacco señaló que, en promedio, dedica un mes por cuadro, aunque aclara: “Hay un proceso previo que quizás no se cuenta y solo se ve el tiempo ejecutivo, pero la previa es mucho más. Por ejemplo, para que Messi logre tener ese efecto hice y rehice piezas un montón de veces”.
El artista no tiene registro de la cantidad de billetes utilizados en cada cuadro sino que la unidad de medida que usa es el costo: calcula que le salen alrededor de $500 o $600.
El destino de los cuadros y el objetivo detrás de la obra
“El Messi fue hecho para Leo y siempre digo que en algún momento se va a encontrar con él. Uno lo hace con un objetivo y es que terminen encontrándose cada uno de los cuadros con cada uno de los dueños. En el caso de Maradona la idea es que los otros jugadores lo firmen y luego se subaste para una causa benéfica”, proyectó al tiempo que indicó que, antes que cada cuadro se vaya con su futuro dueño, la idea es hacer una exposición con todos juntos. La serie se completará con Maxi, Juan Manuel Fangio (que va a estar hecho con Australes que consiguió gracias a un coleccionista), y Guillermo Vilas.
Sacco viene de una familia de artistas: su padre también abraza el oficio de escultor, su hermana (con quien armó durante 12 años el Simposio Internacional de Escultura junto a la Municipalidad de Roldán) es artista plástica, su madre siempre se dedicó a la cerámica y hoy por hoy es su principal ayudante para hacer a los Próceres protagonistas de sus más recientes obras, “se lo toma como algo súper profesional, de hecho los cuadros están firmados por ella también”, aclara.
“La gente cada vez se aleja mas del arte y cuesta más lograr la conexión. Lo que logro con esto es que se conecten rápido con la obra y tenerlos atentos un rato para poder transmitir el mensaje. Cuando la gente ve que es un billete lo tenés al menos 15 minutos mirándolo en detalle y eso es fantástico porque tener a un espectador ese tiempo pegado a una obra, hoy que todo es exprés, es hermoso, porque la gente entra a la obra, se pregunta, se cuestiona, se genera el vínculo entre espectador y obra”, aseguró.
“Apunto a un público popular, hacer arte al alcance de todo el mundo. Mi esfuerzo como artista está puesto en poder vincular a la mayor cantidad de gente posible con una obra, entonces mi forma de exponerlo también tiene que ser distinta, no puede estar encerrado en cuatro paredes. Hoy elijo las redes, pasearlos por diferentes lugares y ahí la gente se conecta", explicó.
"El compromiso como artista es cortar con los intermediarios que hacen al artista como algo frívolo cuando en realidad es una persona con oficio que trabaja todo el día. Creo que nuestra obligación es llegar directamente a la gente”, definió.