Un turista argentino fue detenido en Ecuador por estar en la calle durante el toque de queda impuesto por el gobierno en medio de las protestas contra medidas de ajuste económico y se aguardaba su próxima liberación, reveló el Consulado de la Argentina en Guayaquil.
El ciudadano argentino Federico Molina fue detenido el miércoles pasado en la ciudad de Cuenca, cuando se encontraba en la calle a pocas cuadras de donde se hospedaba, dijo la cónsul, Paula Casado Sastre, en conversación telefónica con Télam.
Molina fue capturado 15 minutos después de que empezara a regir el toque de queda impuesto por el presidente Lenín Moreno en medio de las protestas que vivió el país hasta el domingo pasado.
La diplomática relató que Molina fue alojado en el Centro de Rehabilitación Regional Sierra Centro Sur, en Cuenca, y precisó que, a pedido de la defensa, logró que fuera trasladado de una celda común a otra en la que está solo.
La cónsul subrayó que "las autoridades de Ecuador funcionaron conforme a derecho e informaron desde un primer momento" lo que había sucedido.
Explicó que Molina "estaba en Cuenca junto a su novia alemana cuando se dio la revuelta y se puso en vigencia el estado de excepción".
El martes de la semana pasada, Moreno dispuso por decreto el toque de queda, una restricción de la movilidad en todo el país a partir de las 20, que fue levantado este lunes después del acuerdo entre el gobierno y las organizaciones sociales.
"La restricción de movilidad se aplicaba a zonas sensibles, como edificios públicos", detalló la cónsul, y explicó que Molina "estaba hospedado en un hostel a dos cuadras del edificio IESS (Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social), cuando a las 20 tenía hambre y salió a comprar víveres".
"Federico salió, hizo su ruta convencional y pasó por el edificio IESS" y a los 15 minutos del toque de queda fue arrestado "en estado de flagrancia, cometiendo una infracción".
Casado Sastre explicó que "el decreto ejecutivo configura una contravención, no un delito penal", y agregó que Molina "estuvo transitando en una zona donde no se podía pero no estuvo en ninguna situación de manifestación ni se resistió al arresto".
Una vez detenido, las autoridades policiales se comunicaron con el consulado argentino, al que enviaron un oficio.
"Hablamos con Federico antes y después de la primera audiencia, el 10 de octubre, cuando era un momento muy complicado, en el que todavía se estaba desarrollando el paro", aseguró la funcionaria.
"En un principio se barajaba la posibilidad de que lo pusieran en libertad de forma inmediata, ya que se trataba de una contravención, pero el fiscal pide que tenga una medida cautelar de 30 días para averiguación de antecedentes", agregó.
No obstante, "supimos que se cumplía el debido proceso y hablamos con su defensor público asignado", quien ahora aboga por que el fiscal no abra el caso y Molina pueda quedar en libertad lo antes posible, prosiguió la cónsul.
Casado Sastre detalló que "aún no hay una acusación formal de parte de la fiscalía y se busca que desista y cierre el proceso, además, se está hablando con el juez para que revea la medida, pero lo más oportuno es que la fiscalía no haga la denuncia".
"Están todos los elementos dados para que se dé una clausura al caso, está demostrado que Federico estaba en la ciudad de tránsito, en calidad de turista y no tiene antecedentes penales en la Argentina", indicó la cónsul.
La funcionaria agregó que familiares de Molina serán recibidos mañana por funcionarios de la Dirección General de Asuntos Consulares de la Cancillería, en Buenos Aires.
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