El conductor de televisión Alejandro Marley Wiebe fue denunciado por corrupción de menores por un hombre de 44 años que, al momento del presunto delito, tenía 17. El denunciante es Adrián Alfredo Molina, con residencia en Miami (Estados Unidos). Vino a la Argentina a hacer la acusación contra el animador quien, por su parte, tildó el testimonio de “relato mentiroso”.

El último martes, trascendieron detalles de la denuncia a través de medios porteños. En la misma, Molina sostiene que conoció a Marley en 1996 por correo electrónico.

“Esta persona era diez años mayor que yo y me mandaba correos acosándome diariamente”, aseguró Molina en la denuncia.

En su testimonio, el denunciante detalló que Marley lo citó en una esquina del barrio de Palermo “donde nos conocimos personalmente”: “Para ese entonces él ya se había transformado en alguien de confianza, en la única persona que sabía todo de mi vida. En esa ocasión me subí a su automóvil en el área Libertador e inmediatamente me llevó por la autopista Panamericana a su casa de la zona norte”.

Si bien en un principio se negó a tener relaciones sexuales, luego accedió. La relación, siempre según el testimonio de Molina, se habría extendido por tres años.

En su declaración, afirmó que Marley le habría dado una potente droga que se inhala para aumentar el placer sexual: "Alejandro colocó en mi nariz una sustancia que se llama Popper, mientras me convencía para tener sexo en el jacuzzi. Me desmayé".

En otro fragmento de la declaración, que replica Noticias Argentinas, el denunciante detalló: "Él me decía que quería tener relaciones sexuales conmigo y que no le debía contar nada a nadie. Yo era un adolescente muy introvertido, tímido, que tenía solo una amiga a quien conté estas confidencias".

"Yo era un adolescente muy tímido, introvertido, que tenía solo una amiga a quien le conté estas confidencias –añadió Molina–. Esa manipulación y mi inmadurez me llevaron a tener relaciones con él. Me buscaba en una esquina acordada previamente y me llevaba a su casa, donde comíamos y teníamos relaciones sexuales. Esto se inició cuando yo tenía 17 años y duró por más de tres años".

Molina declaró que, tiempo más tarde, tomó conciencia que la relación fue netamente sexual, "limitada a las cuatro paredes de su casa, excepto por un par de viajes fuera de Buenos Aires. Incluso, cuando estábamos en su casa me obligaba a que no me acerque a la cocina en planta baja porque nos podía ver una vecina, y si salíamos a la piscina en el jardín, siempre teníamos que estar alejados para evitar que puedan vernos".

Por su parte, Marley declaró que se trata de “un relato mentiroso, fantasioso y rápidamente comprobable. Es puramente una intensión económica. Mañana me pondré a disposición de la justicia y le pediré a mis abogados que lo denuncien penalmente”.