Este jueves la Empresa Provincial de la Energía (EPE) reveló el accionar de una banda dedicada a la adulteración de medidores para que sus clientes pagaran montos mínimos por el consumo. Hay varias personas detenidas y mucho material recabado, entre ellos, una serie de escuchas que fueron clave para dar con los sospechosos. No es la primera vez la EPE descubre un grupo de estas características: en noviembre del año pasado cayó una banda de empleados y ex empleados que realizaba estos mismos “servicios”.
Según se pudo reconstruir, el contacto con esta nueva banda se hacía a través de un tal “Marcelo” a quien se llegaba, generalmente por recomendaciones. A cambio de una tarifa mensual, se dedicaba a modificar los medidores de luz y gas de sus clientes para abonasen facturas de importes muy inferiores –hasta cinco veces menos– a lo que realmente utilizaban.
La EPE difundió partes de dos de las escuchas realizadas en el marco de la investigación. En ambos casos quien atiende el teléfono es Marcelo. En la primera conversación quien llama se presenta como Juan Manuel y le consulta por el “tema del gas”. Sin decirlo explícitamente se refiere a la modificación del medidor e incluso le recuerda a Marcelo que ya le hizo el mismo trabajo con la electricidad.
Marcelo: –¿Qué te está pasando?
Juan Manuel: – Y no... viste... el tema del gas...
M.: – Ajá... ¿para hacer lo del gas?
J.M.: – Sí, para hacer lo del gas.
M.: – Sí, no hay problema. Vos, ¿de dónde sos?
J.M.: – Ya habías venido vos por el otro tema de la luz, ¿te acordás (dice la dirección)?
M.: – Sí, no hay problema. Calculale unas dos horitas como lo de la luz, pasame la dirección por WhatsApp y yo voy por allá mañana.
En la otra conversación difundida no se identifica a la persona que llama, pero el tal Marcelo explica un poco cómo es el procedimiento y cuánto cobra: primero tiene que cortar la luz, luego sacar el medidor y manipularlos por una o dos horas hasta que lo vuelve a poner en su lugar tal cual estaba. Cobra entre 5 y 10 mil pesos de acuerdo a la complejidad del aparato.
NN: –Tengo un medidor digital que es trifásico, eso es lo que tengo. Patri me dijo que vos hacías el trabajo digamos y que me lo acomodabas al porcentaje de consumo que yo, por ahí, quería. Una cosa así.
Marcelo: –Sí, sí, no hay problema. Yo por teléfono no lo hablo. Lo explico por ahí personalmente; si querés voy y te explico bien para que vos te quedes tranquilo.
NN: –Después lo hablamos, ¿no?, pero, ¿vos venís, hacés el trabajo en el día? ¿Lo tenés que sacar...?
Marcelo: –Lo tengo que sacar, te dejo con luz si querés. Quince minutos para sacarlo, me lo llevo una o dos horitas, lo hago y vuelvo a ponerlo. Lo coloco, no hay que tocar más nada. Queda ahí, no se toca nada.
NN: – El tema de los precintos... ¿quedan como originales?
Marcelo: – Yo después te muestro bien.
NN: ¿Qué precio sale este trabajo?
Marcelo: Te lo puedo dejar cinco, ¿me entendés? Un trifásico estoy cobrando ocho, diez, porque son tres programas, pero como me lo dio esta chica, te lo puedo mantener y te lo dejo como monofásico. Te hago precio a vos, porque después me dicen “Ah, pero vos a Fulano le cobraste cinco”. Pero viste, te hice precio a vos, si no, no vale.
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